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Por Juan R. Hernández
Hace un año, Sandra Cuevas, alcaldesa de Cuauhtémoc, llenaba los oídos de la ciudadanía con promesas que olían más a propaganda electoral que a acciones reales. Entre sus compromisos estaban el apoyo a la cultura, la lucha contra la crueldad animal y la defensa de los derechos de la mujer.
Sin embargo, en muchos casos, su administración no pasó de copiar y pegar iniciativas ajenas, como cuando “declaró patrimonio cultural” a los sonideros tras haber agredido a un grupo de ancianos que bailaban en el kiosco Morisco de Santa María la Ribera. Todo resultó ser un espectáculo vacío, pirotecnia política que ahora, al parecer, busca reciclar con “su nuevo partido”, si es que el INE se digna a darle el registro.
Hoy, en contraste, en el ocaso de su fallida administración en la Cuauhtémoc, quien, si dio muestras de hechos, es el jefe de Gobierno Martí Batres Guadarrama, quien inaugura proyectos con un enfoque mucho más tangible y progresista. Entre ellos, destaca la apertura de “Michigan”, la Ciudad de los Gatos, y el Espacio de Fauna Silvestre, áreas dedicadas al rescate y resguardo temporal de animales. Estas instalaciones forman parte de la Brigada de Vigilancia Animal (BVA) de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), donde se cuida a gatos, animales de granja y fauna silvestre.
Hace un año, Batres visitaba la Ciudad de los Perros, donde se habló de proyectos futuros. Hoy, “Michigan” alberga a 83 gatos y cuenta con un espacio para fauna silvestre que incluye halcones, garzas, tlacuaches, y otros animales que son rescatados de las calles para su recuperación y posterior liberación en su hábitat natural.
En la inauguración, Batres enfatizó que el bienestar social también incluye a los animales. Subrayó que la Ciudad de México es progresista y se alinea con los derechos de los seres vivos. De hecho, celebró la iniciativa del presidente Andrés Manuel López Obrador de incluir el bienestar animal en la Constitución.
Lo que vemos con Batres es la diferencia entre promesas vacías y acciones reales. Mientras algunos políticos siguen jugando a hacer ruido con sus campañas personales, otros están construyendo un mejor futuro no solo para los seres humanos, sino también para aquellos que no tienen voz, pero que merecen respeto y cuidado.
