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En 2023 dejaron su cargo como alcaldes para buscar una curul en la Cámara de Diputados y el Congreso capitalino
Omar Montalvo
Ciudad de México.- En el último año, en Xochimilco y Milpa Alta se agravó su crisis política y de servicios, debido a que sus titulares abandonaron su cargo para saltar a otro puesto político. Por ello, sus funcionarios son los que se enfrentan a representantes de comunidades originarias y a proyectos de infraestructura pública sin planeación.
En el caso de Xochimilco, José Carlos Acosta pidió una licencia para separarse de su cargo en 2023, pues aspiraba a una diputación federal que finalmente consiguió en las elecciones del 2 de junio. Como suplente dejó a Onésima Delgado, quien inició una cacería en contra de representantes de pueblos originarios, lo que ha involucrado el uso de grupos de choque y denuncias penales.
Aunque la alcaldesa suplente carece de la preparación, fue una de las cercanas de Acosta Ruiz y muestra de ello es que fue la titular de la Dirección de Participación Ciudadana, donde llevó a cabo proyectos de desarrollo social con sobreprecios.
Respecto a Milpa Alta, Judith Vanegas también abandonó su puesto en 2023 para buscar una diputación en el Congreso de la Ciudad de México, la cual ocupa desde el 1 de septiembre cuando rindió protesta ante el Pleno.
Tras solicitar su licencia, logró que su hermano Víctor Vanegas se quedara al frente de Milpa Alta, a pesar de que éste ni siquiera tenía un puesto en dicha demarcación.
Por si fuera poco este acto de nepotismo, en el tiempo que lleva Víctor Vanegas como edil, los vecinos se han quejado de la mala ejecución de obras públicas, sin que exista una planeación ni los hayan consultado.
Además, su administración se ha caracterizado por facilitar espacios para eventos políticos e ignorar las solicitudes de agua potable y los reportes de reparación a vialidades, así como por condicionar el voto a favor de Morena a cambio de programas sociales.
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