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Arreando al Elefante | Los otros principios

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La primera vez que supe de la corrupción oficial en los medios y de las plumas vendidas, fue al leer la historia de J.Edgar Hoover, el primer director del FBI, quien solía chantajear a sus enemigos con información personal para que hicieran lo que pretendía, asegurando su puesto hasta con el mismo John F. Kennedy; en México, un Carlos Denegri, colaborador de Excelsior por 32 años fue conocido por vender su pluma al oficialismo, cobrando por ello grandes sumas de dinero que lo hicieron uno de los millonarios más envidiados de su época.

¿Cuánto gana un periodista?, 1 o 2 salarios mínimos a lo sumo, si la pluma tiene cierta fama podría subir un poco más; si se presenta ante un medio como lo es Televisa, el sueldo puede ser de varios ceros pero nunca para comprarse un yate, un departamento en Miami o hacer costosos viajes de placer durante el año; las entrevistas pagadas que suelen hacer los medios corporativos principalmente a políticos son bajo acuerdo del medio y se le da un porcentaje al entrevistador, estas prácticas entre los políticos y la prensa se dan en mayor o menor grado sobre todo durante períodos electorales y se usan también como arma política para “modificar” a la opinión pública.

El caso de Lourdes Mendoza del periódico El Financiero no es nuevo ni es único, sin embargo, que haya sido con la ministra Ríos Farjat lo hace más indignante al tratarse de una ministra y bajo el contexto político que hoy vive la Corte (la misma que echó por tierra entre otras, la corrupción como delito grave); un columnista solo pide visto bueno a su editor en caso de duda, pero NO a una ministra ni se agendan citas personales con un medio. La periodista “filtra” una conversación y la ministra acepta que ésta se haya dado pero, justifica con que “no leyó” el artículo. La corrupción es obvia.

Deleznable pero muy frecuente que la prensa de uno y otro bando se alquile como lo hemos visto para hacer eco del poder, cualquiera que este sea, de la noche a la mañana cambian el discurso y se dedican solo a favorecer al que paga, para nadie es secreto y todos lo hemos visto; sin embargo, las plumas sin ética seguirán existiendo mientras los “principios” que las rigen sean los de Groucho Marx “Estos son mis principios, y si no le gustan, tengo otros”

Ana María Vázquez

Escritora/Dramaturga

@Anamariavazquez

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