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Valor Civil | Políticos con negro historial

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Por Eduardo López Betancourt

En México ha sido cotidiano poner el nombre de políticos a diversidad de calles, colonias y hasta regiones. Está mala costumbre es consecuencia de la ausencia de leyes serias, para reconocer las labores de quienes realmente hayan hecho un bien a la sociedad; por ejemplo, hay avenidas importantes que son nombradas como algunos expresidentes, los cuales, definitivamente la mayoría no merecen ser recordados con afecto, no son precisamente modelo de virtudes y mucho menos dignos de homenajes; así, sin más, encontramos que Antonio López de Santa Anna, Miguel Alemán Valdés, José López Portillo, Gustavo Díaz Ordaz y hasta Carlos Salinas de Gortari, etc., se les beneficia, poniendo su nombre a calles o avenidas y no solo ello, también a gobernadores, como Carlos Hank González, Rubén Figueroa Figueroa, Mario Marín Torres, Manuel Romero Rubio, etc., se les rinde pleitesía, sin recato alguno, cuando en realidad constituyen una afrenta, dado su perverso historial político.

Insistimos, se hace indispensable marcar reglas estrictas para otorgar el nombre de un político, a cualquier ente público, aspecto en el que también debe incluirse lo relativo a estatuas y bustos; tengamos presente el caso de Miguel Alemán Valdez, cuyo trabajo presidencial fue sumamente cuestionado, pero, en un acto por demás inexplicable y lleno de demagogia y adulación, se le erigió una estatua en Ciudad Universitaria, misma que sistemáticamente se pretendió destruir, hasta que por fin desapareció. Esto es precisamente lo que debemos considerar incorrecto, por lo menos en vida no se deben dar reconocimientos.

En la CDMX, ha habido intenciones para dejar de señalar con el nombre de personas indignas, las vías de comunicación y zonas habitacionales, sin duda debe ser ejemplo en todo el País, inclusive tal vez convenga aprobar una ley federal para marcar los principios por los cuales se den reconocimientos a los hombres de la vida pública, que en realidad hayan hecho bien a la población. Se hace imprescindible, de una vez por todas, retirar los nombres de personajes nada respetables.

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