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Después de que el presidente Andrés Manuel López Obrador dio a conocer la lista de empresas que beneficiaron a la Asociación Civil de Claudio X González, donde el titular de Unidad de Inteligencia Financiera, Pablo Gómez, hiciera públicos el financiamiento de “Mexicanos en Contra de la Corrupción y la Impunidad” en una mañanera, tal cual si se abriera una caja de pandora, la oligarquía mexicana de inmediato dio señales de inconformidad, y es que está más que claro que los movimientos financieros de grandes empresas nunca fueron cuestionados ni investigados en México durante el periodo neoliberal, incluso se realizaban grandes transacciones, evadiendo al Sistema de Administración Tributaria y a la Secretaría de Hacienda.
Con la llegada de la Cuarta Transformación se erradicaron estas prácticas evasivas del fisco, por lo que se comprende que el presidente López Obrador incluso, llame a la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña a que resuelva los juicios de empresas que adeudan al erario mexicano.
El Poder Judicial fue un instrumento durante décadas de las grandes empresas para obtener jugosas ganancias a costa de los recursos públicos. El tema medular de la resistencia a reformar este Poder de la Unión no solo radica en los empresarios de la oligarquía mexicana, también existen grandes intereses del extranjero que se reúsan a dejar los jugosos negocios que se realizaban al amparo de la impunidad.
Por lo anterior no resulta extraño que la queja respecto a la reforma judicial Mexicana haya llegado hasta Washington, por lo que de inmediato la reacción del embajador norteamericano, Ken Salazar, no se hizo esperar al respaldar a Norma Piña y emitir juicios intervencionistas respecto a dicha Reforma.
El fondo de estas reacciones es que la oligarquía se acostumbró a doblegar a los gobiernos a través de uso de recursos económicos, vale la pena revisar cuantos recursos producto de evasión fiscal se recuperaron durante el presente sexenio y todavía valdría más la pena revisar en que ha invertido ese dinero el gobierno de la Cuarta Transformación. Cuando durante el periodo neoliberal no había dinero que alcanzara.
