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Por Verenice Téllez
Por más que el Partido Acción Nacional (PAN) y sus aliados se afanen en rebuscar la posibilidad de arrebatarle a Morena la Mayoría Calificada en el congreso, no habrá poder humano que logre revertir la decisión de millones de mexicanos que refrendaron su confianza en la Cuarta Transformación y que además, otorgaron su voto para que en el país se profundizaran los cambios en el Poder Judicial y otras reformas constitucionales necesarias para erradicar los vestigios del viejo régimen neoliberal, el pueblo decidió la abolición de un sistema caduco y obsoleto que desde hace décadas dejó de cumplir con su deber constitucional.
La mayoría del pueblo mexicano eligió tomar las riendas de su destino como nación, palomeó la continuidad con rostro de mujer.
Para los opositores resulta difícil de comprender la consumación de esta determinación social, no conciben que a pesar de la cuantiosas cantidades de dinero empleadas para pagar campañas en los principales medios de comunicación nacionales e internacionales a efecto de desprestigiar al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador y a Claudia Sheinbaum hoy presidenta electa de México, nada les haya funcionado, no aceptan el fracaso de su estrategia.
La oposición pide a gritos y sombrerazos otra oportunidad, esperan que a través del uso de su retorica en torno a la “sobrerrepresentación” lograrán revertir la voluntad de la mayoría de los mexicanos.
Su desesperada “cantaleta”, es el resultados de sus frustrados intentos por convencernos de que el país va por mal camino y que su alianza será la luz para salvarnos del abismo. Desde la perspectiva de quien votó por Morena, estos argumentos resultan risorios, no hay vuelta atrás, no habrá otra oportunidad, los que tanto daño hicieron al país tendrán que comprender que el pueblo mexicano les demandó dejar el poder y con ello, reivindicar los derechos sociales que durante décadas pisotearon.