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Qué raro se siente, estamos viviendo una transición suave, en las últimas semanas el presidente actual y la presidenta electa han ido de la mano a recorrer todos los estados, el recibimiento en todos ha sido de apoyo indiscutible, ¡qué raro se siente que por primera vez no haya sobre saltos en un cambio de poder!
Nos acostumbramos a las devaluaciones de fin de sexenio que se volvieron tradicionales desde López Portillo; a los estallidos sociales como el del EZLN; al entreguismo de Fox; a que se entrara por la puerta de atrás en el Congreso para recibir la banda presidencial como lo hizo el espurio de Calderón que luego, con su guerra quiso “justificar” su falsa elección; a la imposición de Peña a través de tarjetas rosas y Monex, el presidente de Televisa, la máxima estrella de un canal ahora en decadencia.. el presidente peor evaluado en 90 años se atrevió a decir en su último discurso: “El México que estamos entregando es mejor, con mejor infraestructura con más progreso y con condiciones de mayor bienestar que el que teníamos hace seis años” nada de eso era cierto y todos lo sabíamos, continuó la etapa represiva y el “Pacto por México” fue el pretexto para secuestrar al Congreso a fin de que las discusiones vitales para el país fueran aprobadas en la Secretaría de Gobernación, la era del clientelismo que dejó pasar la etapa violenta que dejó Calderón y tuvo que heredar y contener López Obrador.
Qué raro se siente que en este momento se estén entregando más del 90% de los proyectos terminados, que no haya escasez, que hayamos pasado una pandemia inédita sin carencias, que más de 5 millones de ciudadanos hayan dejado el estado de pobreza, que las televisoras, otrora poderosas voces públicas de manipulación, acumulen las pérdidas más dramáticas de su historia; que ahora los adultos mayores vayan al banco a cobrar lo que antes se les negaba; que el asalariado haya visto incrementado su sueldo en 120%; que la moneda esté fuerte; las inversiones crezcan; que el desempleo sea uno de los más bajos de América Latina; que la gasolina no aumente cada mes y que el país esté en una estabilidad extraña en medio del caos mundial que nos rodea. De verdad, qué raro se siente que, por primera vez, este no sea el año de Hidalgo.
Sí se pudo, querido Andrés Manuel.
Ana María Vázquez
Escritora/Dramaturga
@Anamariavazquez