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COLUMNA
Por Verenice Téllez
La semana pasada la virtual presidenta de México emprendió una serie de reuniones con Gobernadores de todo el país a efecto de revisar los proyectos prioritarios y de infraestructura para cada una de las regiones del país.
Sheinbaum demostró tener una visión integradora que es absolutamente indispensable en una democracia para que sus gobiernos dejen de lado sus intereses de grupo y ubiquen sus miras en el interés general, la mayoría de los gobernadores de oposición, expresaron su beneplácito por la convocatoria de la próxima mandataria mexicana y dijeron estar dispuestos a superar las diferencias del pasado proceso electoral para asumir esta nueva responsabilidad de coordinación en beneficio de sus gobernados.
En dichas reuniones no hubo pie para enumerar las diferencias, se abordaron temas que impulsarán el desarrollo de México, entre los asuntos prioritarios se encontraron el agua, la salud y el bienestar, además de abordar la inversión en infraestructura en diferentes polos de desarrollo.
Claudia Sheinbaum tiene tener un diagnóstico puntual de las prioridades para la nación, llegará a su toma de posesión con tareas ya avanzadas, no en vano que se llame “Transición histórica”, la exjefa de gobierno capitalino hereda un país que lleva impulso creciente, sin duda habrá temas que serán un reto para su administración, pero la continuidad representa que no habrá variantes en el desarrollo económico y social del país.
En el pasado los mexicanos observamos que la llegada de nuevos gobiernos significaba inestabilidad económica, cambios drásticos en las políticas sociales. Hoy la continuidad ofrece estabilidad y la conquista de derechos sociales, lo que representa que los beneficios para los que menos tienen no están condicionados a los cambios políticos, sino que están plasmados en la constitución e incluso habrá una extensión de ellos, ante la promesa del tan anhelado desarrollo económico.
