Síguenos

¿Qué estás buscando?

Voces

Lengua larga | La más odiada 

122 lecturas

En esta columna ya teníamos olvidada a la Miguel Hidalgo, pero es que dan mucho de que hablar y tengo una amiga que trabajó ahí que me ayuda a corroborar todo lo que pasa.

Ahora verá usted querido lector, en el Concejo de la alcaldía hay una “disque” trabajadora que se llama Gisela Olivares, pusimos disque porque no hace nada, que ha decir de muchos es un verdadero dolor de muelas, quisiéramos utilizar otra palabra, pero lo que aquí le sobra a esta escribana es respeto.

Bueno, resulta que la mujer comenzó un affaire amoroso con el insípido asesor de la concejala de Morena, América Miranda, la mujer que en su comisión de Seguridad nunca logró tener ni pies ni cabeza y que le contaron a esta columnista está vuelta loca juntando todos sus documentos para el cierre de administración.

Pero de América luego les hablará esta chismosa nata, aquí el punto es que después de correr a Alberto, Giselita se quedó sola como perrito sin dueño, ah, pero nada más en la alcaldía porque en su casa estaba su cornudo esposo esperándola con sus pequeños hijos.

Ahí no para la cosa, crearon una cuenta de Twitter, hoy X, para ventanear cada movimiento que hace, y ahora le voy a contar lo que está sucediendo; no sin antes pedirle a Tabe que ponga a trabajar a la gente que para eso se les paga.

La mujer decidió comenzar un tórrido romance con el concejal, Diego Ramírez, que supuesta-mente es de Morena pero que operó la campaña a favor del PAN, por lo que recibió una cuantiosa cantidad de dinero que le fue entregado de las manos de un cercano a Tabe.

Ramírez incluso mandó a Gisela a trabajar en la campaña con Mauricio Tabe, aunque ella ya se asumía del PAN, pero lo que yo le voy a decir estimado lector es que a esta chismosa le contaron que la vieron salir de la casa de operaciones del morenista supremo, Víctor Hugo Romo, en la Anzures.

¡Qué fuerte! No nada más engaña al marido sino también al amante. A uno con otro en la cama, y al Sancho en temas políticos. ¿Quién la viera? Si a la vista es tan insignificante. Pero ahí no para la cosa, también anda con Mario Berumen, asesor del concejal, Alberto Burgoa, y lo que no sabe este panista mocho es que usan su oficina para dejar fluir sus más bajas pasiones.

Diego, cuídate. Porque en Morena saben todo lo que haces con los del PAN, y mira que eso de ser la agente 007 le salió bien a Gisela pues nadie la ha descubierto, hasta ahora.

Y ti querida Giselita, ya no te maquilles tanto, ya te pusieron el mote de pambazo y qué culpa tiene esta comida tan deliciosa de que lo comparen contigo.

Te puede interesar

Advertisement