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Por Ana E. Rosete
El Gobierno de la Ciudad de México promovió un programa llamado “Ojtli”, con el que busca darle una “chaineada” a lugares emblemáticos de los 49 pueblos originarios que aún existen en nuestra querida capital. Para ser franca, sí están dando resultados.
Hace unos días, fui al pueblo de San Martín Xochinahuac, en la muy olvidada Azcapotzalco. Ahora verán no es que Margarita Saldaña haya hecho un mal trabajo; más bien, lo calificaría de nulo. Más ahora que anda muina con los vecinos, debido a que la hicieron perder en los comicios frente a Nancy Núñez. A ver si la niña de Clara Brugada hace las cosas bien.
Pero regresemos a “Ojtli”. Me parece un programa con altos estándares que, de bien aplicarse, da buenos resultados. La Parroquia de San Martín Obispo de Tours es un sitio emblemático del pueblo que lleva su nombre. La gente se reúne los domingos para misa y todavía es de esas iglesias que celebran su fiesta patronal. Este noviembre lo hará estrenando piso, pues el proyecto de “Ojtli” permitirá que se adoquine la parte de afuera del templo.
Habrá que ver qué otros proyectos se están llevando a cabo en los pueblos de la metrópoli, conformada por 16 alcaldías, aunque no en todas hay pueblos originarios. ¿Qué se obtiene y qué se recibe? Al ver los beneficios me parece sumamente adecuado este gasto etiquetado para los pueblos de nuestra querida CDMX.
Se otorgan 30 apoyos económicos anuales de hasta 3 millones 194 mil pesos por proyecto, así como 14 ayudas por 7 ministraciones mensuales de 16 mil pesos. Aunado a ellos, otros 15 apoyos por hasta 7 ministraciones de 16 mil pesos al mes y 2 más por 7 ministraciones de 18 mil pesos cada mes.
Para hacerse acreedor a estos apoyos se necesita: estar ubicado en los cascos urbanos de los pueblos y barrios de las alcaldías señaladas en las Reglas de Operación; contar con el consentimiento de la población para realizar el proyecto comunitario; contar con un Comité Comunitario de Seguimiento y Vigilancia, integrado por 8 personas (5 titulares y 3 suplentes), el cual será el responsable de representar el proyecto, y un tener un anteproyecto que deberá contener los elementos establecidos en las citadas reglas.