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Por Salvador Guerrero Chiprés
Las detenciones de El Huguito y El 20 tras las indagatorias de la Policía de Investigación de la CDMX evidencian el potencial operativo y oportunidades de coordinación interestatal.
Hugo N es considerado líder de un grupo delictivo de Tepito, señalado por extorsiones, cobros de piso y secuestros, y la Policía lo asocia con el multihomicidio en Garibaldi en septiembre de 2018.
Tras las detenciones de líderes conocidos como El Betito y El Pistaches, su perfil delictivo se hizo más notorio. Su captura en Cancún ilustra la coordinación entre corporaciones. La información proveniente de víctimas era conocida al menos desde el gobierno de Mancera.
El seguimiento de la operación criminal en la CDMX, así como de la disputa entre facciones, explica la captura de más de 2 mil 500 objetivos prioritarios, algunos de ellos por quienes incluso se ofrecía recompensa, como en el caso de Huguito. Era de 500 mil pesos.
Claudia Sheinbaum implantó al estratega. Le da continuidad Martí Batres quien ha potenciado resultados, al igual que la capacidad de coordinación del Fiscal General de Justicia, Ulises Lara López, y la eficiencia operativa del jefe general de la PDI, Francisco Almazán Barocio.
Un trabajo ya con efecto sobre detenciones vinculadas al asesinato del jefe de Inteligencia de la SSC, Milton Morales Figueroa, aun cuando la clave a saber es la motivación y la autoría intelectual.
Hay cualidades facilitadoras de la captura de los delincuentes como el caso de Néstor N, El 20, la semana pasada en Polanco. Era líder de una organización autodenominada Cártel Nuevo Imperio con actividad en alcaldías del norponiente y municipios aledaños; buscado por la Fiscalía del Estado de México.
Con Clara Brugada en la Jefatura de Gobierno de la CDMX, es esperable y deseable la profundización de tareas contra delincuentes. Que les caiga ese otro 20.
