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¿Cómo dicen los del Seguro Social? ¡Salud!, así me imagino que dijo el diputado Gonzalo Espina previo a conectarse a la sesión del Congreso en donde arremetió contra su símil del Verde, Jorge Ramos.
Ahora verán, aunque no se ha confirmado, a esta columnista, que todo lo sabe y lo que no investiga porque aquí nada es inventado, le contaron que Espina es un borrachazo de primera, motivo porque los panistas comenzaron a relegarlo pues “beber el exceso” no es de niños bien, a menos que seas de Los Quintos, como Mauricio Tabe.
Ya ven que el alcalde de Miguel Hidalgo es bastante alcohólico y hasta en Facebook ha hecho transmisiones en vivo en estado inconveniente.
Pero bueno, aquí vamos hablar del show de mal gusto que se montó Espina frente a sus compañeros, en donde arremetió contra Ramos, quien es el suplente lambe botas de Jesús Sesma y, además, fue un barbaján con Gabriela Salido, quien fue en un tiempo su compañera de bancada.
Lo que si es cierto es que lo que bien se aprende, nunca se olvida; y las formas fifís de Espina corren por su sangre que antes era azul y ahora es de piel morena.
Durante la transmisión de la sesión Espina le dijo en reiteradas ocasiones a Ramos que se callara, lo que primero tomó por sorpresa al diputado suplente; no obstante, después lo ocupó para resaltar que Gonzalo estaba borracho.
Los demás diputados, descartando ha Salido, ni se metieron. Aplicaron la de la ardilla frente al oso, “si no haces contacto visual, no sabe que estás ahí y no te come”.
Pero bueno, le contaron a esta escribana que Gonzalo Espina gusta de tomar bebidas embriagan-tes a todo momento, bajo cualquier circunstancia y a cualquier hora del día.
Aunado a esta confesión, le aseguraron a esta chismosa que en su oficina del Zócalo tiene una colección de botellas muy costosas que no hacen alusión al proyecto de la 4T, al que la ahora presidenta electa, Claudia Sheinbaum, le abrió las puertas.
La austeridad republicana es una forma de vida, querido Gonzalo, no nada más de dicho para seguir “tragando” del erario público.
¡Qué desfachatez la tuya!
