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Por Ana E. Rosete
Las elecciones dejaron claro que luego de la derrota de Morena en el 2021 respecto a las alcaldías en la Ciudad de México, en partido oficialista dedicó esos 3 años a trazar ruta no para las personalidades sino para el movimiento.
Conforme pasaron los tres años de manera silenciosa en un plan hormiga comenzó la desestabilización, separación y culminación de la Unión de Alcaldes, mejor conocida como la UNA CDMX.
La cual estaba liderada por el rey del fracaso, Santiago Taboada y le secundaban, siempre, Mauricio Tabe y Sandra Cuevas, así como Lía Limón, cuando le convenía.
De estos 4 personajes el único que la libró fue Tabe, quien a mi parecer no ha hecho tan mala labor en Miguel Hidalgo el problema es la gente que lo rodea y a quien le hace los encargos importantes.
Pero bueno, uno de sus más grandes alfiles, Adrián Ruvalcaba dejó de ser del PRI para ser del movimiento oficialista, el equipo dragón hizo una jugada maestra y aceptó que era mejor abandonar el barco que ya estaba más hundido que el Titanic.
De quien me da gusto que no haya ganado la Benito Juárez es Lety Varela, y lo que sucedió en esta alcaldía fue apabullante al igual que en Iztapalapa.
Luis Mendoza demostró que el voto del PAN es duro en la BJ, aunque si quiere sobrevivir debe comenzar a limpiar todo el cochinero que tanto Taboada como el actual edil, Jaime Mata, están dejando en la demarcación.
Habrá que ver qué va a pasar, me queda claro que Giovanni Gutiérrez y Luis Mendoza buscarán tener una buena relación con gobierno central; lo han dejado claro será lo mismo con Carlos Orvañanos y Alessandra Rojo de la Vega (si es que se confirma su triunfo).
Clara Brugada navegará sin tormentas, alguno que otro iceberg, pero estoy segura que los 11 alcaldes de Morena le harán la travesía más fácil y llegará a buen puerto.
