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En esta columna decimos verdades fuertes, contundentes y que a muchos les arden.
Luisa Gutiérrez Ureña es de nuestras invitadas especiales en este espacio, pero no es porque le tengamos tirria, es más porque se lo merece.
Resulta que la prima de Juan Pablo Gutiérrez, el acosador de la MH, a quien en su familia y en el mundo panista le llaman “Jupa”, fue quien exigió su cabeza. Y pues como la niña caprichosa que es, se la dieron.
Pero eso no es lo importante, les vengo a contar como Luisa, o “la apestada” como ahora le llaman muchos de sangre azul, comenzó a tener poder y pasó de ser una simple secretaria para convertir-se en la chismosa oficial del de arriba.
A mí, como usted sabe querido lector, me gusta hacer preguntas y es aquí cuando comienzo ¿sabrá Jorge Romero todo lo que hace Luisa sin su autorización? ¿El líder máximo del PAN tendrá conocimiento de qué su exsecretaria usa su nombre para asustar gente?
La mujer que pretende liderar el PAN en la CDMX se ha dedicado a buscar a militantes del blanquiazul para que la respalden, obligatoriamente por no decir que, a huevo, asegurando que la orden viene del de arriba.
Muchos panistas a quienes les era indiferente han proclamado por las esquinas su rechazo inminente a la mujer y más allá de eso su rotundo odio y desprecio.
Quiero recordarle a la panista que ella tiene lo que tiene en estos momentos porque le encomendaron la misión de liderar el grupo de Christian Von Roehrich cuando éste cayó en la cárcel por corrupto, al fin son igualitos.
Así es, Luisa tenía el encargo de mantener unidos a quienes recibían indicaciones de Von Roehrich entre los que están Ricardo Rubio y Raúl Torres, pero la soberbia de la mujer la ha hecho ganarse nada más que rencor.
Es que hay una diferencia entre ser líder y cacique, yo le diría a Luisa que se acerque a Mauricio Tabe o a Luis Mendoza, igual y ellos le pueden enseñar a ser un poco más humana y un poco menos ególatra.
¡Luisa, uno nunca debe olvidar de dónde viene! Pero si sigues de corrupta te puedes imaginar a dónde vas…
