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Por Salvador Guerrero Chiprés
La ciudadanía puede estar un paso adelante de la delincuencia. Hay evidencias del aprovechamiento de la diversidad de herramientas con sentido preventivo. Las redes sociales son un poderoso instrumento no solo para la socialización y recreación, también para el conocimiento de los modus operandi.
El ejemplo más reciente es la viralización de videos de diferentes tiendas de autoservicio del país, donde se aprecia a carteristas generar un choque en los pasillos con los carritos de las compras. En medio de la confusión de las víctimas, mayormente mujeres, los ladrones sustraen carteras, celulares u otros objetos de valor de las bolsas, pasan el botín a otro cómplice y se retiran.
Esa forma de operar es asociada con los “montachoques”, delincuentes que provocan los llamados choques lamineros con otros vehículos para exigir -por medios violentos- el pago del supuesto daño. En los supermercados no hay violencia, el montaje se basa en el engaño y la distracción. Robo de tumulto combinado con dos de bastos: los dedos del delincuente en la bolsa.
No es un modus operandi generalizado. No hay motivo para la psicosis como tampoco, nunca, para perder la cautela. En el Consejo Ciudadano de la Ciudad de México, este año hemos atendido siete reportes por este tipo de robos y cinco más después de algunas entrevistas en medios masivos.
La estrategia implementada por Claudia Sheinbaum y continuada por Martí Batres ha logrado una disminución de 17 por ciento en robos sin violencia y podemos profundizarla con Clara Brugada.
Los reportes a la Línea de Seguridad y Chat de Confianza 55 5533 5533 —donde se ofrece orientación preventiva, jurídica y emocional gratuita, 24/7— ayudan a identificar situaciones de riesgo. Si lo determinamos, podemos adelantarnos ante los bloqueos en los pasillos del súper en datos por otra parte marginales.
