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Arreando al elefante | La estupidez y el “periodismo”

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Por Ricardo Sevilla

El periodismo no está en crisis, pero sí está en peligro. Y es que, lamentablemente, hoy cualquier desocupado toma un micrófono y se presume periodista, sin serlo.

¿Cuáles son sus auténticas intenciones? Sospecho que ni ellos mismos lo saben.

En realidad, sus objetivos son ambiguos. Unos, los más burdos y simplones, anhelan volverse famosos y que algún incauto les pida un autógrafo en la calle.

Otros, los más abyectos, han visto (y encontrado) una forma de mantener su triste tren de vida, persiguiendo convenios publicitarios y, por añadidura, vendiendo su escaso talento al mejor postor.

Poco les importa, en realidad, la información, el periodismo. Propalan mentiras sobre cualquier cosa, si les ordenan y les pagan. Lo único que les interesa es la fama, el espectáculo: el chayote.

Con el aumento de los medios de comunicación “independientes”, infelizmente, se han acrecentado los falsos periodistas.

Y eso ha propiciado una (alarmante) cantidad de noticias falsas, rumores y teorías conspirativas que se propagan rápidamente a través de las redes sociales y los medios de comunicación.

Infelizmente, a las tierras del periodismo han llegado aventureros y desenfadados que no saben ni entienden un carajo sobre nada.

Y varios de esos personajes, vaya a saber el diablo cómo, han logrado acreditarse en la Conferencia Presidencial “Mañanera”.

Y, desde ahí, han inundado el ambiente de puerilidades.

La mayoría no tiene ningún tipo de formación periodística y no parecen estar interesados en adquirirla. No leen, no escriben, no estudian y apenas logran articular un pensamiento coherente.
Desde luego, hay periodistas perspicaces, pero son los menos.

Para el grueso de los “colegas” que se presentan en “la Mañanera”, lo más importante es captar los reflectores, imponer su punto de vista y, si es posible, tratar de sacar de sus casillas al Presidente.
Personajes obcecados y recalcitrantes que, una vez que se apropian del micrófono, se proponen ser estúpidos y majaderos.

Estos zafios le arrebatan la palabra al Presidente, lo increpan y se montan sobre el caballo de la majadería y el disparate. ¿No debería ya tomar medidas más drásticas la Oficina de Comunicación Social de Presidencia?

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