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Una de las mayores preocupaciones del ser humano, es el tema de la edad, aunque se ha demostrado que cada día aumenta la esperanza en años de vida, donde, preferentemente las mujeres se vuelven más longevas.
Este renglón repercute en diversidad de aspectos, tal es el caso del ámbito laboral, así, para jubilarse, se reclama cierto número de años, por ejemplo, en el sector burocrático se alcanza este beneficio a los 30 años laborados, aunque en el caso de las mujeres es menor, dándose circunstancias en que trabajadores de 50 años y hasta menos, logran su retiro, pero en ocasiones no lo hacen válido porque las pensiones resultan insuficientes, algo que al parecer pronto cambiara, ya que se señala que los retiros serán con el mismo sueldo con que un trabajador concluye y que además, seguirán recibiendo todas sus prestaciones.
Lo anterior sin duda afectará las finanzas públicas, pero al final es un derecho, de esta manera, personas con medio siglo de edad, podrán gozar después de sus años de servicio, pero, en la práctica muchos continuarán en alguna actividad laboral, ya no dentro de la burocracia o del propio Seguro Social, que también tiene esa orientación.
La edad también es considerada para ocupar determinados cargos públicos. En la UNAM, que debería ser ejemplo a los Derechos Humanos, todos los puestos imponen un límite de edad de 70 años para desempeñarlos; nótese, un destacado profesor después de esa edad, no puede ocupar algún cargo de responsabilidad.
Si consideramos que la Ley Orgánica de la Universidad entro en vigor en 1945, 7 décadas eran bastantes, pero ahora, con mayor intensidad encontramos a preclaros personajes que han superado por mucho ese límite y constituye un desperdicio no tomarlos en cuenta.
En diversidad de circunstancias la edad es un tema de discusión, donde lo más lamentable es que las personas que se pensionan, todavía tienen calidad y capacidad para muchas actividades y es aquí donde deberá evaluarse si por ejemplo, en el caso de alguien que es muy útil y quiere continuar, se le mejore, por lo menos duplicando su sueldo, sin olvidar analizar que cargos deben ser ocupados por nuevas generaciones. Es sin duda el tema de la edad, sumamente polémico.
Por Eduardo López Betancourt
