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El trafico en la CDMX es cada vez peor. Los Secretarios de Seguridad Ciudadana, a través de los años han demostrado su total ineptitud, por un lado, se tiene a la antigua Policía Preventiva, la cual “no previene ni un catarro”, para poco o nada sirve, han sido rebasados, carecen de autoridad, en buena medida por su incapacidad, el cualquierismo, su actitud irresponsable y hasta “chacotera” para ayudar a la ciudadanía.
Ven un asalto y no detienen al malhechor, por temor a una sanción de sus superiores; en fin, son un desastre, les falta profesionalismo, no tienen capacitación, ni vocación y mucho menos sentido de responsabilidad.
Por otro lado, existe la Policía de Tránsito, que se distingue por los chalecos, motocicletas y vehículos que utilizan, de color amarillo, pero estos personajes, al igual que los preventivos, para nada ayudan. Cual delincuentes se “esconden” en las esquinas, para asediar a los conductores y amenazarlos con llevarlos al corralón y así lograr las clásicas “mordidas”.
El desorden del transito es impresionante, en particular por la gran cantidad de transportes pesados que impunemente circulan a todas horas. En diversidad de ciudades del mundo, los camiones de carga, de reparto y otras actividades comerciales, solo se les permite circular de las 23:00 a las 06:00 horas, circunstancia que no se da en México y no en pocas ocasiones inclusive, esos tractocamiones circulan por el viaducto, “se atoran” en los puentes y causan verdaderos desastres.
En la medida en que los gobernantes quieran disminuir la delincuencia, deberán atender en forma primaria la capacitación policiaca; urgen escuelas para ese objetivo y en materia de tránsito, se hace necesario quitarles a los sinvergüenzas agentes de esa corporación, la facultad de multar, ya que ese es precisamente el sistema para extorsionar a todo tipo de conductores.