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Arreando al elefante | La caída del PRI

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Por Ricardo Sevilla

Desde hace semanas, la derecha ha estado boquiabierta, desatinada e incluso hasta depresiva. Y se comprende: su candidata no da una, va en último lugar en todas las encuestas y los millones de pesos que han dilapidado en impulsar su campaña no han servido para nada.

Le pagaron a Enrique Krauze para que tratara de convencer a los jóvenes. Pero el discurso anquilosado del dueño de Letras Libres no logró conectar con la juventud.

Desesperado, el PRIAN optó por llamar a Eugenio Derbez. Y, ni tardo ni perezosos, el comediante aceptó salir a golpear al Segundo piso de la Transformación. No obstante, el cómico también fracasó. Y no sólo eso, sino que también recibió un repudio generalizado.

La (dura) realidad los ha superado. Y eso que han intentado tergiversarla cuanto han querido. Lamentablemente para ellos, ya no han podido es maquillarla.

Ayer, en el periódico consentido de la derecha, el Reforma, ya no pudieron evadir la realidad y tuvieron que publicar, a regañadientes, una encuesta donde las preferencias benefician a Claudia Sheinbaum.

Y eso ha sido devastador para Xóchitl Gálvez. Y lo ha sido porque la candidata de Claudio X. González no sólo ha perdido ante Claudia Sheinbaum, sino que, además, la encuesta (indudablemente pagada por MC) la ha colocado por debajo de Jorge Álvarez Máynez.

Eso quiere decir dos cosas: que el fracaso de Xóchitl es inminente y que en Jalisco, como en otros estados, están hartos. ¿Y cómo no van a estarlo? Si los tres últimos gobernadores en ese estado, el emecista Enrique Alfaro, el panista Aristóteles Sandoval y el priista Emilio González Márquez son sinónimos de corrupción. Y la gente, en esa entidad, ya no los quiere en el poder para nada.

Sin embargo, aquí lo más relevante es que el PRI y el PAN se están desmoronando frente a sus propias huestes. No importa que dos personajes mediáticos (y ridículos) como Krauze y Derbez estén apoyando su narrativa.

La derecha está perdida, está desconsolada y ya solo es cuestión de tiempo para que veamos al PRI anunciando que no alcanzó a mantener su registro como partido político. Y eso es una realidad que les punza, les duele y les roe las entrañas.

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