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¡Ya basta! Detengamos la violencia vicaria

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Por Ricardo Sevilla

Ayer fue Día de la madre. Sin embargo, además de felicitarlas, es un momento propicio para reflexionar sobre la violencia de género que, sin duda, es una de las mayores lacras de las sociedades democráticas.

Y es que, desafortunadamente, en pleno siglo XXI, todavía se continúa agrediendo a las mujeres.

Y ya basta de acosar sexual y laboralmente a la mujer, ya basta de la violencia por razón de género. Ya basta de la enorme brecha salarial, ya basta de la agresión contra las mujeres fuera y dentro de las relaciones de pareja. Ya basta de la agresión moral, de las humillaciones, de las torturas: de los feminicidios.

Y no podemos festejar a la madre sin condenar la violencia vicaria que, sin duda, es una de las más crueles y despiadadas violencias contra la mujer.

Infelizmente, hay una enorme cantidad de menores que han sido asesinadas por sus padres(biológicos) o por las parejas o exparejas de la madre.

Y eso, precisamente, es la violencia vicaria: aquellas agresiones que tienen como objetivo dañar a la mujer a través de sus seres queridos y, especialmente, de sus hijas e hijos.

El problema no es menor.

A través de la violencia vicaria, el padre ejerce una violencia extrema contra sus propios hijos, llegando incluso a causarles la muerte.

Porque un divorcio o la conclusión de una relación puede calar tanto en el ánimo de una persona que no se detiene ante nada y, dejando un lado la razón, se propone causar daño a su pareja (o expareja).

El asesinato de las hijas o hijos es la parte más visible de esta forma de violencia extrema. Sin embargo, es más habitual, en este tipo de violencia, la manipulación de hijas o hijos para que se pongan en contra de la madre o, incluso, la agredan.

La violencia vicaria, desgraciadamente, cuenta con la complicidad de una sociedad que priva a las mujeres de autoridad y pone en duda su palabra.

Se prefiere escuchar al varón y apoyar al hombre que juega a ser víctima.

Así que, ayer, Día de la Madre, y en los subsiguientes, es importantísimo que continuemos, reflexionando y buscando mecanismos de apoyo a las mujeres, a las madres, queinfelizmente están padeciendo violencia vicaria.

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