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Ana E. Rosete
¿Se imaginan saber que no hiciste nada y aun así ser detenido? Y no sólo eso, además juzgado por la opinión pública.
El caso de Hugo Torres Zumaya sigue dando de qué hablar. Para unos, es culpable y fue ayudado por la Fiscalía; para otros, que estuvo donde no debía estar.
Yo les escribo lo que hace unos días me contó en entrevista. Lo que queda claro es que sólo él y Alejandra saben a ciencia cierta lo que sucedió esa madrugada en que Eder perdió la vida; más bien, que se la arrebataron.
Ahora bien, los policías que llegaron a atender el incidente le aseguraron a Torres que estaba en calidad de testigo, que no tenía nada de qué preocuparse… todavía.
Una vez que supieron quién era, le avisaron al “Jefe Goliat” y entre él, el “Jefe Serrano” y la “Jefa Andrómeda” hicieron de la vida de Hugo un infierno. De ellos, me contó, se sabe que son parte del equipo de Santiago Taboada y que, además, coordinan las brigadas que se encargan de quitar la propaganda de Clara Brugada en la alcaldía Benito Juárez.
Lo cambiaron de patrulla 4 veces; lo amedrentaron y apabullaron; infringieron en él terror psicológico. Y no sólo eso: le propinaron unos cuantos golpes para enseñarle quien manda.
Al llegar a la Fiscalía de homicidios en Azcapotzalco, otra pesadilla comenzó. La “Jefa Andrómeda” estaba concentrada en mantener a Torres en la cárcel.
Las pesquisas dieron la libertad a Hugo en menos de 3 días y los responsables del asesinato de Eder fueron detenidos en Morelos, pero de la actuación de la policía nadie habla.
Me queda claro que estos uniformados no conocen de principios y valores como su exjefe, Omar García Harfuch.