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Por Sebastián Ramírez
Este domingo vimos el primer debate hacia la Presidencia de la República. La Doctora Claudia Sheinbaum expuso su visión y propuestas para el sistema de salud pública, educación, combate a la corrupción, austeridad republicana y combate a la discriminación.
Por su parte, los candidatos de derecha no pudieron desarrollar un sólo planteamiento, sencillamente porque en sus partidos no hay proyecto.
En el post debate quedó de manifiesto la desesperación de la comentocracia, la oligarquía y los medios de desinformación por el mal desempeño de su candidata. A pesar de todos sus esfuerzos por mostrar a Gálvez como la mejor opción para representarlos e incluso tras imponerla en su simulado proceso interno, en el debate evidenció todo lo que ya sabíamos, pero ahora en cadena nacional. Naturalmente, la derecha atribuyó todos los tropiezos de su candidata al formato del debate.
De forma completamente opuesta, el plan de gobierno para darle continuidad al gran movimiento popular iniciado por Andrés Manuel López Obrador se hizo de la mano de la gente. A través de los Diálogos por la Transformación, personas de todas las regiones del país participaron con propuestas e inquietudes en todos los ejes de gobierno y dieron como resultado los 100 puntos que la candidata del Obradorismo presentó en el Zócalo el pasado primero de marzo.
Para la Cuarta Transformación la noche del domingo fue una victoria. La Doctora Claudia Sheinbaum demostró estar preparada para ser la jefa del Estado Mexicano y ser una mujer honesta y de resultados.
Si algo quedó claro en este primer debate es que hizo un extraordinario trabajo en la Ciudad de México y, por eso se le debe dar continuidad con Clara Brugada. La Transformación iniciada debe sostenerse para conservar todo lo logrado y conquistar nuevos derechos.
