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La nueva presidenta del TEPJF tiene a familiares en el poder judicial pese a que cuentan con denuncias por el despojo de tierras en BCS
OMAR MONTALVO
Ciudad de México. – La nueva ministra presidenta del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), quién nació en una cuna de políticos priístas forma parte del nepotismo, ya que tiene a familiares directos como su denunciado padre, Eligio Soto López, en puestos importantes dentro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Eligio Soto se encuentra adscrito a la ponencia de la ministra Yasmín Esquivel Mossa, quién el año anterior intentó asumir la presidencia de la SCJN. De acuerdo con la Plataforma Nacional de Transparencia (PNT) el padre de Mónica Soto desde mediados de julio de 2022 inició como un asistente de gestión y seguimiento con un sueldo mensual bruto de 60 mil 358 pesos.
Yasmín Esquivel invitó a Eligio Soto, quien no es un personaje político desconocido, ya que previamente en Baja California Sur fue delegado federal de la Procuraduría Agraria durante el sexenio de Peña Nieto, aunque el cargo lo ocupó previamente entre 2002 y 2006.
Durante dicho periodo también fue dirigente del PRI en BCS y desde 2011 cuenta con varias denuncias por el despojo de tierras ejidales de hasta 425 mil hectáreas en cinco municipios de dicho estado. Los terrenos que fueron facilitados a varias constructoras.
De acuerdo con su declaración patrimonial presentada al ingresar a la SCJN, las propiedades de Eligio Soto se componen de dos casas, una de 300 metros cuadrados con valor de adquisición de 500 mil pesos y otra de 180 metros cuadrados valuada en 300 mil pesos. Su patrimonio en 2020 fue motivo de investigación, tanto para él como para su hija Mónica Soto ya que se omitió información relevante.
Aunque Eligio Soto aparece como una evidencia de la práctica del nepotismo que representa la presidenta del TEPJF, Ana Ximena Díaz Soto, hija de Mónica Aralí Soto, también ha sido identificada como beneficiaria de pertenecer a una familia con buenas relaciones políticas, pues pasó de dar clases a nivel bachillerato a que al terminar sus estudios universitarios consiguiera un puesto como coordinadora de la ministra Eva Verónica de Gyvés Zárate en el Consejo de la Judicatura Federal (CJF).
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