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SEBASTIÁN RAMÍREZ
Cuando en el Obradorismo decimos que nadie se puede quedar atrás, también nos referimos a las niñas y los niños, un grupo vulnerable que siempre ha estado en el centro de nuestro proyecto. Este fin de semana, en la víspera de Nochebuena, Clara Brugada compartió la tarde con niñas y niños en situación de vulnerabilidad y habló de la necesidad de seguir construyendo una Ciudad cuidadora de nuestras niñas y niños, que garantice que puedan ejercer plenamente sus derechos y cumplir sus sueños.
Durante el gobierno de la Doctora Claudia Sheinbaum en la Capital se logró universalizar la Beca del Bienestar para Niñas y Niños. A pesar de la resistencia de las bancadas de oposición en el Congreso Local, este apoyo ya es un derecho constitucional. En la Ciudad deben existir cientos de casos en los que madres y padres no podían inscribir a sus niños a la escuela pública por las carencias materiales y económicas que les atraviesan. Esta beca hoy representa una posibilidad para millones de familias, especialmente para las niñas y niños, de construir un futuro mejor.
En Iztapalapa Clara Brugada creó una escuela transitoria afuera del Reclusorio Oriente para que las y los jóvenes puedan instruirse y formarse en distintas disciplinas, además de recibir un apoyo durante el tiempo que estén inscritos. Sin mencionar las Utopías, reconocidas a nivel internacional por su impacto en la vida de las y los habitantes de Iztapalapa para reducir desigualdades, y que también son espacios que abren la puerta a grandes derechos como el arte, la cultura y el deporte a nuestras niñas y niños.
Queremos una Ciudad en la que niños y jóvenes puedan soñar un proyecto de vida que no se vea condicionado por el lugar en el que nazcan, que puedan estudiar, aprender y desarrollarlo en libertad. Esa es la Ciudad que durante estos años construyó Claudia Sheinbaum y a la que sabemos, Clara Brugada le pondrá el Segundo Piso. Una Ciudad que cuide a todas y todos, especialmente a las y los más pequeños.