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JORGE GÓMEZ NAREDO
@jgnaredo
El viernes pasado se inauguró el primer tramo del Tren Maya, el que va de Campeche a Cancún. El próximo 31 de diciembre se inaugurará el que va de Cancún a Palenque y, a finales de febrero de 2024, quedará todos los tramos inaugurados.
El Tren Maya es sin duda una de las obras más importantes que se han hecho en los últimos años en el país. Y simboliza mucho, pues es el retorno de los trenes de pasajeros, una industria que fue abandonada en México durante el periodo neoliberal. Y no sólo eso, pues en los lugares donde pasará, se ha invertido en la gente, en mejorar la infraestructura y en que los grandes ganadores de este medio de comunicación sean los pobladores de la zona y no empresarios voraces.
Además, demuestra que la apuesta por el combate a la corrupción que emprendió el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha sido exitosa, pues el Tren Maya se hizo sin pedir un peso de deuda, en tiempo récord, y con una eficacia digna de encomio.
Si la Cuarta Transformación se profundiza (es decir, si gana en 2024 Claudia Sheinbaum), seguramente se harán más trenes y los mexicanos tendrán vías de comunicación más expeditas y a un costo más económico. ¿Se imaginan viajar de la Ciudad de México en tren a la frontera norte? ¿O a Veracruz? ¿O a Chiapas?
Ahora bien, la respuesta de la gente a la construcción del Tren Maya fue de felicidad. En principio, los boletos para los primeros viajes se agotaron de forma inmediata. Muchos quieren conocerlo. Las imágenes que comenzaron a difundirse fueron las de personas sonrientes, emocionadas y orgullosas de tener ya en su país un tren.
Estas reacciones hicieron enojar mucho a los opositores del presidente López Obrador, pues comenzaron a criticar al Tren Maya de maneras absurdas como, por ejemplo, al afirmar que el “menú” dentro del tren no tiene mucha variedad. Están muy desperados porque el Tren Maya posiciona aún más a Morena como una opción viable para profundizar grandes cambios en el país.
Sí, el Tren es una gran noticia para el pueblo de México, y una muy mala para los conservadores que sólo evidencian desesperación.
