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RICARDO SEVILLA
Ya no se puede ocultar: el Poder Judicial está en crisis. Y los jueces, ministros y magistrados van formando grupos y dividiéndose en bandos. En la Suprema Corte de Justicia, por ejemplo, sabemos que hay, al menos, dos grupos en disputa: el que encabeza Norma Piña, completamente afín a la derecha, y el integrado por Loreta Ortiz y Yasmín Esquivel, que suelen coincidir más con las posturas del Poder Ejecutivo.
Pero esa división en bandos no sólo está ocurriendo en la Suprema Corte. También está ocurriendo en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). Ahí también hay dos bandos; el primero, integrado por el aún presidente de ese organismo: Reyes Rodríguez Mondragón y Janine Otálora, afines al calderonismo y muy cercanos a personajes como Ciro Murayama y Lorenzo Córdova. El otro grupo está conformado por la bajacaliforniana Mónica Soto, Felipe de la Mata y Felipe Fuentes, quienes, pretenden darnos una imagen menos conservadora e incluso han abrazado temas como los derechos políticos y electorales de la mujer.
Lo cierto es que ambos grupos están peleando por el control del TEPJF. De hecho, Soto, de la Mata y Fuentes exigen que Rodríguez Mondragón renuncie a la presidencia de ese tribunal. Pero él, parsimonioso, dice que no renunciará y que, hasta el lunes, les hará saber qué decisión tomará. Lo curioso es que, una vez que anunció eso, salió huyendo de la sesión en compañía de su amiga Janine Otalora.
Sus pares dicen que Reyes Rodríguez debe dejar la presidencia por falta de liderazgo y pérdida de confianza.
Lo cierto es que los tres magistrados que piden que Reyes Rodríguez renuncie a la presidencia del Tribunal Electoral tienen intereses que están muy lejos de vigilar por los procesos electorales.
Pero hay algo en lo que aciertan: Rodríguez Mondragón no sólo es incompetente, sino que, además, parece resguardar intenciones bastante nebulosas. Hay que recordar que, además de haber trabajado en el equipo de Felipe Calderón y haber deseado la muerte del presidente López Obrador, varios empleados adscritos a la Dirección General de Planeación y Evaluación Institucional del TEPJF aseguran que es un corrupto.
