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JAVIER VILLEGAS
La calzada de Tlalpan cuenta con 32 pasos subterráneos, los cuales actualmente son un riesgo ya que se cometen robos en contra de transeúntes, también son usados como refugio para personas en situación de calle, e incluso se convirtieron en basureros clandestinos.
Ésta infraestructura, atraviesa por tres alcaldías, entre ellas están la Cuauhtémoc, Benito Juárez y Coyoacán, de los 32 desniveles construidos, actualmente sólo están en funcionamiento 29 de éstos, los tres restantes son un foco rojo, debido a que son puntos recurrentes para la comisión de actos delictivos.
Pese a ello, ni las autoridades de las 3 demarcaciones, ni la Secretaría de Obras de la Ciudad de México (Sobse), realizan los trabajos correspondientes para mantener en buenas condiciones estos espacios públicos.
Las autoridades delegacionales se deslindaron de su responsabilidad, en los años 90 les ofrecieron a los comerciantes poderse quedar con los lugares, siempre y cuando ellos construyeran los locales y los mantuvieran en orden.
En ese sentido, no pagan nada, pero los cerca de 500 comerciantes de los pasajes subterráneos tienen que sufragar por la limpieza de los lugares, a un velador, y dan mantenimiento a estos espacios al colocar bombas para sacar el agua y evitar inundaciones en el lugar durante la época de lluvias.
Y es que en voz de las personas que laboran en estos sitios, mantienen iluminados dichos espacios, incluso han montado hasta galerías de arte, sin embargo, también denunciaron que son objeto de extorsiones.
Estos sitios fueron construidos hace más de 50 años, cuando en la Ciudad de México corría el tranvía sobre las calzadas de Tlalpan y San Antonio Abad, para que los peatones circularán de manera segura.
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