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Crisis nerviosas y desalojos de edificios se registraron en varias alcaldías de la capital
JUAN R. HERNÁNDEZ
Sorpresa y crisis nerviosas fueron la constante entre los miles de capitalinos quienes fueron sorprendidos por el sismo de 5.8 grados que se registró pasadas las 2 de la tarde en la Ciudad de México.
En la Plancha del Zócalo, empleados de hoteles y restaurantes, turistas, vendedores y ciudadanos corrieron a la asta bandera mientras seguía sonando la alerta sísmica.
“Yo escuché la alarma cuando ya estaba temblando”, comentó la estudiante Aurora Vargas quien fue una de las turistas desalojadas del Antiguo Palacio Virreinal, mientras que la empleada Verónica Hernández, con semblante pálido, narraba que el sismo “me agarró por sorpresa en el piso 21 de la Torre Latinoamericana”.
Con nerviosismo, empleadas del gobierno de la Ciudad de México hacían llamadas a sus casas para saber sobre sus hijos que estaban en clases.
En instalaciones como la Cámara de Diputados, el Instituto Nacional Electoral, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, entre otros, las sesiones que se desarrollaban, tuvieron que ser suspendidas para que personal y funcionarios fueran desalojados.
En el Palacio Legislativo de San Lázaro, el momento de más angustia se registró en el Edificio “I”, en donde se retrasó el desalojo del inmueble que está en obras de remodelación en donde los trabajadores tuvieron que hacer varias maniobras para bajar de los andamios durante el movimiento telúrico.
Asimismo, en alcaldías como Azcapotzalco, Álvaro Obregón, Benito Juárez, Iztacalco y algunos puntos de la Cuauhtémoc, vecinos reportaron que no se escucharon los altavoces de la alerta, por lo que a través de las redes sociales reportaron el desperfecto.
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