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Arreando al elefante | Xóchitl: las tinieblas de la desmemoria

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RICARDO SEVILLA

Si viéramos poéticamente a Xóchitl Gálvez, podríamos decir que, de un día para otro, se ha hundido en las profundidades y en las tinieblas de la desmemoria. Y observándola condescendientemente, quizá podríamos afirmar, incluso, que ha olvidado todo aquello que alguna vez aprendió.

Sin embargo, los filósofos, más rigurosos que nosotros, no nos permitirían semejante afirmación.

Varios de ellos, nos dirían que, en realidad, sólo olvida quien alguna vez aprendió algo.

Y nos enseñarían que, de hecho, no se puede olvidar aquello que nunca se supo o que jamás se aprendió.

Y ese es precisamente el caso de Xóchitl Gálvez, quien ya ha quedado demostrado que nunca ha logrado aprender gran cosa. Y lo que menos ha logrado aprender es, desde luego, el oficio político y, menos aún, el oficio intelectual.

Y ayer, en la Feria Internacional de Libro de Guadalajara (FIL), lo demostrado una vez más.

En ese “cónclave de la derecha”, como bien ha descrito el presidente López Obrador a este festival literario de la derecha, Gálvez, siempre nerviosa y desatinada, olvidó el título de un libro que estaba presentando.

El (anodino) título del libro que Xóchitl presentó era: “Soy Cabrona y media…”.

Más allá del burdo contenido del libro (que no es más que un horrible panegírico de la candidata neoliberal), Gálvez demostró que no tiene buena retentiva. O mejor dicho: que lo suyo no es la buena memoria.

Sin embargo, algunos de sus despistados defensores trataron de exculpar el traspié de la candidata del PRIANRD, diciendo que no era un libro escrito por Xóchitl, sino un por una persona llamada Raciel Trejo, quien, por cierto, no estaba en la mesa de presentación.

Sin embargo, el fastidio de sus compañeros panelistas fue patente. Y eso nadie pudo ocultarlo.

Incluso, una de las presentadoras, después de preguntarle a Xóchitl: “¿Cuál es el título de tu libro?”, y ver que la candidata no se lo sabía, le dijo, con un dejo de ironía: “¡Ése es! ¡Del que hablábamos el año pasado, Xóchitl! ¡Ése es el libro!”.

Pero ¿sabe usted qué es lo más delirante? Que esa persona, anodina y desmemoriada, pretende gobernar este país.

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