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ANA MARÍA VÁZQUEZ
@Anamariavazquez
Una fotografía comenzó a circular como reciente, aunque data de junio de 2006, la leyenda “Con amor desde Israel” se distinguía entre todo lo que las niñas escribían y adornaban con su propia bandera… en misiles. La foto tomada por Pedro Ugarte mostraba los misiles que serían dirigidos a Hezbolá.
Esa brutal imagen permaneció mucho tiempo en mi memoria hasta que fue desplazada por otra, todavía más fuerte, la de adultos escribiendo en los cuerpos de sus hijos (aún vivos) su nombre, a fin de que pudieran identificarlos en caso de morir por una bala o un bombardeo.
Con una extensión cercana a la de Ciudad Juárez, la Franja de Gaza es considerado el territorio con mayor densidad de población en la que, según Save The Children, hoy muere un niño cada 10 minutos. El periódico The New York Times documentó el horror de ser niño en Gaza, y destaca el testimonio de una pequeña de quizá 10 años, gritando que ha buscado inútilmente los restos despedazados de su familia entre los escombros.
Y mientras en el mundo se manifiestan exigiendo que paren esa masacre, Biden pone en duda el número de muertos registrados hasta ahora y solo un puñado de gobiernos han llamado a cuentas a los embajadores israelíes mientras que los menos han roto relaciones diplomáticas con Israel.
Está documentado desde 2008 hasta la fecha por la relatora de la ONU Francesca Albanese, el asesinato de más de 1000 niños y 32,175 heridos. “Gaza se está convirtiendo en un cementerio de niños” “La pesadilla en Gaza es más que una crisis humanitaria. Es una crisis de humanidad”, declaró el secretario general de la ONU, Antonio Guterrez, del que Israel pidió su dimisión y amenazó con cancelar los visados a esa organización.
Mientras tanto en México, el presidente pide una “moratoria bélica” y anuncia que no romperá relaciones con Israel. “Todos deberíamos ayudar a que se dé la paz sin confrontarnos” (…) “al final es la Ley del Talión” “vamos a hacer todo lo posible por que se logre la paz”
Y mientras, en la página de Memoria y Tolerancia, responsable del museo del mismo nombre, se piden donativos para Guerrero y se habla de otra niña, Ana Frank con una exposición temporal llamada irónicamente “Notas de esperanza”