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SALVADOR GUERRERO CHIPRÉS.
Circulan insumos de propaganda negra tras la tragedia de Acapulco en el proceso de rapiña política diseñado desde la oposición contra el gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
La producción de uno de ellos, de 15 minutos, se concentra en señalar: 1) el Ejército y la Guardia Nacional tienen retenes para asaltar a chilangos de clase media alta deseosos de llevar ayuda y ver sus propiedades en Pichilingue, allá en Punta Diamante, 2) el gobierno es “una mierda” en la medida de ese presunto robo y de las supuestas vejaciones a todos los familiares de quienes buscan ayudar y 3) no llevar ninguna ayuda porque será robada.
Este último punto es promocionado por otras fuentes en chats donde se le recicla sin verificación alguna.
Hay 16 mil elementos de la Sedena, GN y la Marina; se entregaron centenas de miles de litros de agua, decenas de miles de despensas; datos útiles de AMLO, la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, la información precisa por parte del general secretario Luis Cresencio Sandoval o la coordinación del Jefe de Gobiernos, Martí Batres, son simplemente omitidos.
La mención al centro de acopio y distribución Mundo Imperial en plena operación, así como el avance del restablecimiento de las telecomunicaciones o el funcionamiento del puente aeroportuario, son ignorados.
Si la precandidata de Morena a la Presidencia de la República, Claudia Sheinbaum, o la goberna Evelyn Salgado difunden, en el caso de la primera o instalan, el caso de la segunda, el Centro de Mando para la atención de los efectos de Otis, en los chats del odio no hay una sola palabra.
Respecto de la historia matriz de la oposición referida al inicio no existe evidencia alguna de este suceso. Se ”grabó” desde un celular escondido “en la ingle” de uno de los hijos de la presunta víctima. La creativa rapiña.