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JORGE GÓMEZ NAREDO
@jgnaredo
No es un misterio: la candidatura de Xóchitl Gálvez no levanta. Por más que la “relancen”, no prende. Ella ha intentado todo, y ha obedecido cada indicación que le dan sus asesores, pero simplemente no logra caer bien a la gente. No tiene la simpatía del pueblo. No despega. Aunque sonría todo el tiempo. Aunque se porte muy echada para delante y dicharachera. Aunque critique toda acción del gobierno y aunque aproveche cualquier tema (como el conflicto entre Israel y Palestina), Xóchitl no levanta.
Y ahora le viene otro problema: tendrá competencia como candidata de oposición. El PRI, PAN y PRD trataron por todos los medios posibles de convencer a Movimiento Ciudadano de unirse a ellos, y que fuera Xóchitl Gálvez su candidata. Buscaban que el voto de la oposición no se dividiera, que no hubiera nadie que les compitiera. Sin embargo, MC no aceptó la propuesta.
Ayer Samuel García, gobernador de Nuevo León, anunció que solicitará licencia para buscar la candidatura presidencial por MC. Después, Dante Delgado, dirigente del partido naranja, indicó que Samuel es la opción interna de MC, y Marcelo Ebrard -quien no logró la candidatura presidencial en Morena- la externa.
Con esto, Xóchitl tendrá competencia, y a como han ido su campaña, podría quedar en un tercer lugar en 2024. Esto sería un duro golpe para el PRI y el PAN. Y es que uno de estos partidos siempre ha quedado o en primero o en segundo lugar en los procesos electorales de las últimas décadas. Eran partidos fuertes, los grandes, los que siempre ganaban. Y si en 2024, encabezados por Xóchitl Gálvez, quedan en tercer lugar, sería un cambio trascendental en la historia política de México.
Y es que si el PRIAN queda en tercer lugar en 2024, significará el fin de una época, un cambio radical. Los partidos que durante los últimos cuarenta años fueron hegemónicos, serán sólo ya partidos pequeños. Miniaturas. Insignificantes. Próximo a desaparecer. Todo indica que será así. Y qué bueno.