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ANA MARÍA VAZQUEZ
@Anamariavazquez
Ayer se informó que el titular de la Unidad Técnica de lo Contencioso del INE, Manuel Alberto Cruz Martínez había sido suspendido provisionalmente por alterar en dos acuerdos, frases del presidente, lo que provocó se sancionara a López Obrador por Violencia Política en razón de Género. Se aclaró en la tribuna de la mañanera y todos lo vimos, JAMÁS, el presidente se refirió de manera dolosa, sexista o humillante, sin embargo, la señora Gálvez denunció y dicha queja procedió, aunque la consecuencia de tal denuncia fuera más bien un disparo en el pie de la aspirante presidencial del Frente Amplio, ya que el silencio presidencial obligado, provocó que su candidatura se desinflara más rápidamente de lo que se esperaba.
Celebro que el INE haya sancionado a su funcionario, ¿y ahora qué?, ¿se disculparán?, lo dudo. Durante el sexenio hemos visto con indignación, como se ha desatado una campaña de mentiras, de frases “sacadas de contexto”, parafraseadas para darles un sesgo negativo, e inflar el discurso de odio que aún sigue en vomitivas transmisiones radiales como las de Imagen, Fórmula y W Radio, por mencionar solo algunas de las estaciones concesionadas por el estado.
Es patético ver hasta dónde han llegado los medios, funcionarios y hasta instituciones con tal de seguir fomentando un discurso que a nadie hace bien, ya que en medio de la diatriba es difícil recoger una crítica constructiva hacia lo que aún permanece en el rezago y que no es poco. En medio de la burla, el denuesto y la manipulación hacia los discursos del ejecutivo, los medios e instituciones también se hunden junto con el Frente Amplio. La opinión pública, cada vez más politizada, cada vez más informada ya ha abandonado masivamente los medios tradicionales, las dos principales televisoras están a niveles de quiebra y periódicos como el Reforma, han tenido que ajustar su línea editorial. Ya no se puede mentir impunemente, cada vez es más difícil manipular a las audiencias como antes se hacía, las redes se han encargado de que no siempre haya “días soleados” como los de Zabludovsky, sino información veraz y calificada. Hoy cayó un funcionario, y los medios día a día, se derrumban cada vez más.
