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Arreando al elefante | Palabras que duelen

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ANA MARÍA VÁZQUEZ

Hace unos días me encontré con una palabra nueva, venía de un escritor refugiado en Berlín, un hombre de mediana edad que lo único que recuerda es la represión, el acoso, la muerte; al que le dijeron que una vez, sus abuelos tuvieron una tierra y les fue arrebatada. Su nombre es Majed Abusalama, pero quizá pudo llamarse Juan o Pedro, y su destierro no ocurrir de Palestina a Berlín, sino de Chiapas, Atenco, Ayotzinapa, Tlatlaya a Estados Unidos o Canadá, y su guerra, no ser contra Israel (y el mundo) sino la masacre del período Calderonista o la Salinista, Zedillista, Foxista y Peñista que también contaron con la complacencia y hasta el aplauso de Estados Unidos. El escritor dedica una carta abierta a Europa y al mundo, condenando el silencio ante la masacre y la opresión que vive su pueblo y el mutismo de los gobiernos (que no del pueblo, por fortuna, que gracias a las redes se ha volcado en protestas y manifestaciones de condena). Como siempre y como en todo, son los gobiernos los que generan hasta favorecen la represión, el despojo y los asesinatos.

“La única palabra que se me ocurre que se acerca a lo que siento ahora mismo -escribe Majed- es qahr en árabe; no es solo dolor, angustia e ira. Es el sentimiento transmitido de generación en generación, que ha acumulado más de 75 años de limpieza étnica, asesinatos en masa, injusticia, opresión, colonización, ocupación y apartheid.”

La carta continúa por varias cuartillas, pero esta palabra: “QAHR” me llevó al sentimiento mostrado por los sobrevivientes y familias de nuestras personales guerras aquí; quizá podría también ser el grito de las madres buscadoras, de las familias de los mineros que permanecen sin ser rescatados, de los niños que hoy, viven en las alcantarillas…

Todo, a consecuencia del despojo de unos cuantos a civiles que solo tienen sus manos para defenderse; hablamos de ríos contaminados, hectáreas regaladas a industrias y más; recursos de todos, cedidos a industriales por unos cuantos pesos (eso si es que pagan).

En cada mexicano existe una parte de ese “QAHR” por expresidentes que jamás serán enjuiciados.

La ambición de los mandatarios no debería pagarse jamás con la sangre de los pueblos.

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