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RICARDO SEVILLA
Ahora resulta que el Poder Judicial está integrado por magistrados probos, por ministros rectos y por jueces que sólo se han dedicado a velar por los derechos humanos.
Ahora resulta que los salarios millonarios y las prestaciones exorbitantes que han escandalizado a todo nuestro país, se los han ganado a pulso, los han obtenido con el sudor de su frente.
Ahora resulta que esta élite se ha ganado su fortuna porque siempre han observado un compromiso inquebrantable con el pueblo de México.
Ahora resulta que nosotros, por exhibirlos y criticarlos, somos los indolentes y quienes estamos atentando contra ellos.
¡Pobrecitos!
Y me parece inaudito que, desafortunadamente, todavía haya mucha gente desinformada que cree esa clase de burdos eslóganes. La verdad es que esas frases hechas, esos enunciados huecos, sólo caben en la cabeza de los obtusos.
¿Quién demonios va a creer que el Poder Judicial se ha ganado a pulso esos sueldos delirantes y esas prestaciones millonarias? Decir eso (e intentar que lo creamos) no sólo es absurdo, sino descarado. De hecho, yo diría que es más ofensivo que intentar lanzarle un pastelazo de caca al pueblo de México.
Yo invito a la derecha, a los conservadores y a los comunicadores chayoteros a que salgan de su burbuja de privilegios.
Los conmino a que vayan a la calle y pregunten a su vecino el taxista, a su vecino el carpintero, a su vecina que trabaja todo el día despachando en una tienda cuánto es lo que ganan. Y la respuesta los dejará con un palmo de narices. O quizá no, porque son unos indolentes.
Pero si preguntamos, por ejemplo, a la gente que vive en Chalco, en Ixtapaluca, en Ecatepec, para no ir demasiado lejos, cuánto dinero les da su patrón para que vayan a trabajar al otro lado de la ciudad, nos iremos de espaldas.
Lamentablemente, esa burocracia dorada, que tanto llora y patalea por sus fideicomisos, tiene la tonta idea de que el grueso de la población tiene seguro de gastos médicos mayores, tiene sueldos de más de 700 mil pesos mensuales y aguinaldos millonarios.
En algún momento, el propio Arturo Zaldívar afirmó que en los tribunales de México persiste la corrupción y que quien dijera lo contrario estaría mintiendo descaradamente. Y eso son: mentirosos. Y descarados.