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JORGE GÓMEZ NAREDO
@jgnaredo
No es un misterio: la candidata del Frente Amplio por México, Xóchitl Gálvez, salió bien corrupta. Durante su gestión como jefa delegacional de la Miguel Hidalgo, armó un esquema de corrupción muy singular: otorgaba permiso de construcción a empresas, y éstas, como pago, contrataban a las empresas propiedad de Xóchitl Gálvez y de su familia. Un negocio redondo, muy complicado de descubrir (y especialmente de castigar). Y no sólo eso, la casa donde hoy habita la aún senadora la adquirió incurriendo en un serio conflicto de interés.
Así pues, a los de oposición su hoy candidata les salió muy pero muy corrupta. Y quizás por eso han emprendido una campaña para “limpiar” su imagen y desestimar cualquier prueba que se tenga de la corrupción de Xóchitl Gálvez.
Por ejemplo, en un programa de debate de Televisa llamado Tercer Grado, cuando el analista Genaro Lozano puso el tema de la casa de Xóchitl Gálvez, Leo Zuckerman, uno de los conductores de la televisora mexicana más conocidos, le dijo que no debía ni nombrar el tema, pues eran “rumores”. Para Zuckerman, que una candidata presidencial haya incurrido en conflicto de interés, son “rumores” y no tiene interés periodístico…
Otro ejemplo. Ayer, en su columna en un diario de circulación nacional, el escritor Héctor Aguilar Camín afirmó que “la campaña levantada contra ella [Xóchitl Gálvez] en las redes sociales de Morena rezuma un propósito gemelo de la demolición: el linchamiento moral”.
Sin duda los medios de comunicación han salido en defensa de Xóchitl Gálvez. Buscan limpiar la imagen de la panista, difundir que todo lo negativo que se dice de ella es mentira, y que todo son ataques del presidente y de la gente que simpatiza con Morena.
Están en esa campaña: quieren evitar que a Xóchitl se le catalogue de corrupta. Hacen todo lo posible para evitarlo, pero es demasiado tarde. La candidata de la oposición hoy está, como se dice popularmente, “bien quemada”. Y al paso que vamos, nadie, absolutamente nadie, le va a quitar el mote de corrupta.
Nada les sale bien a los de oposición. Nada.