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ANTONIO ATTOLLINI.
Me desespera muchísimo ver cómo desperdicia el tiempo Marcelo Ebrard. Lo he dicho una y otra vez: Marcelo no está siendo protagonista de su derrota, ¡al contrario! Como actor secundario, cada vez recibe menos y menos atención mientras que los otros cinco liderazgos del movimiento y el pueblo obradorista en su mayoría, todos y todas, están volcados a acompañar el proceso que viene con unidad y movilización. La doctora Sheinbaum ya empezó y como buen obradorista dirigente, ya está dejando tareas a todos para que empecemos a trabajar. El otro, en lo otro que solo le importa a él.
Reunido en un jardín al sur de la Ciudad de México, Marcelo convocó a 200 personas para firmar una hoja de registro. Dijo poco sobre el futuro pero afirmó querer proteger y cuidar lo que se había logrado hasta el momento. Como quien firma una hoja con su nombre, procedencia, pido al que va y su hora de entrada y salida, así varios asistentes dejaron plasmada su firma que da cuenta de eso… que estuvieron ahí. Poco tiempo le queda para Marcelo si lo que quiere es mantener cierto liderazgo político, porque social y territorial no tiene, como tampoco lo ha tenido nunca. No es su estilo, ni es su fuerte. Cuando el Presidente López Obrador convocó a ocupar la plancha del zócalo en 2006 lo hizo para determinar en conjunto que hacer frente al monumental fraude que se le cometía en su contra. Cuando en 2012 presentó a Morena como una opción distinta de entender la política, lo hizo con una promesa de renovación moral. Cuando convocó a sumar e invitar a los liderazgos que querían un cambio de régimen en 2017 con sus Acuerdos de Unidad los hacía frente al Pueblo en espacios abiertos y públicos.
Lejos está Marcelo de poder estar a la altura de una circunstancia similar. Ni el país, ni el movimiento están en un punto de resistencia y oposición, solo él al interior frente a los resultados de un proceso superado. Bien dicen que en política solo se comete un error y lo demás que sucede son sólo consecuencias del mismo. Así Marcelo, equivocándose al pensarse fuera y arriba del movimiento cuando el país y su Pueblo obradorista lo que requiere es de su tenacidad y capacidad de análisis para sortear los retos que vienen. Quienes lo acompañan, háganselo ver. Quienes lo alientan, rectifiquen.
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