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Permaneció de bajo perfil para evitar ser atacado
Juan R. Hernández.
Luego de presentar su renuncia a la Secretaría de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, ha emergido como una figura clave en el panorama político con miras a las elecciones para Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México del 2024.
Mientras negaba en público sus aspiraciones políticas, desde hace meses, García Harfuch comenzó a establecer vínculos estratégicos con sectores morenistas del Congreso de la CDMX, señalando su interés en la campaña del 2024.
En los corrillos políticos, se menciona como sus operadores políticos a destacadas figuras como las diputadas Lourdes Paz y Guadalupe Morales, esta última vicecoordinadora de Morena en el Congreso local.
También se menciona a Yuriri Ayala, quien actualmente aspira a la alcaldía de Gustavo Madero, así como Marisela Zúñiga Cerón y el ex delegado de Benito Juárez, Gonzalo Espina, este último con fuertes conexiones en el ámbito de la seguridad y sólidos vínculos con la operación electoral en la CDMX.
Lo que es notable es que, desde antes de su renuncia, Omar García Harfuch ya figuraba en diversas encuestas como uno de los principales contendientes a la jefatura de gobierno en las elecciones de 2024.
SIEMPRE DE BAJO PERFIL
Hasta el 4 de septiembre, García Harfuch había descartado públicamente su interés en competir por este cargo, pero en una entrevista reciente cambió de rumbo al declarar que está listo para “todo reto en la capital”.
Los expertos opinan que este cambio de postura no necesariamente refleja un deseo previo de evitar la competencia política, sino más bien una estrategia para evitar un desgaste prematuro y ataques políticos anticipados. “Una muy buena estrategia es negarlo, negarlo, negarlo; aguantar hasta el momento que sea necesario externar el interés por contender por un puesto de representación popular”, señalaron los analistas.
¿QUIÉN ES OMAR GARCÍA HARFUCH?
Es licenciado en derecho y seguridad pública y cuenta con estudios acreditados en la agencia antidrogas de los Estados Unidos (DEA) y un diplomado en Harvard. Es hijo de la actriz María Sorté y de Javier García Panagua, político priista que fue integrante del gabinete de los expresidentes José López Portillo y Carlos Salinas de Gortari. Además, es nieto del exsecretario de la Defensa Nacional Marcelino García Barragán.
En 2008 ingresó a la extinta Policía Federal donde desempeñó diversos cargos. Entre 2012 y 2014 fue coordinador estatal de esta misma dependencia en Guerrero y de 2016 a 2019 fue titular de la Agencia de Investigación Criminal de la Procuraduría General de la República (PGR).
Sin embargo, su trayectoria profesional no está exenta de controversia. Durante su tiempo en instituciones policiales, trabajó bajo el mando de Genaro García Luna, quien posteriormente se enfrentaría a acusaciones de corrupción y vínculos con el narcotráfico.
Uno de los episodios más controvertidos de su carrera se relaciona con su papel como coordinador de la Policía Federal en el estado de Guerrero durante el gobierno de Enrique Peña Nieto. En ese momento, se le acusó de estar involucrado en la “verdad histórica” sobre la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
La Fiscalía General de la República señaló que García Harfuch participó en un cónclave en Iguala, Guerrero, donde se habría organizado un plan para ocultar la verdadera versión de los hechos. Sin embargo, García Harfuch se desvinculó de estas acusaciones y argumentó que las fechas de los hechos no coincidían con su transferencia.
En su cargo más reciente como Secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, García Harfuch adoptó una estrategia de combate directo a líderes de bandas delictivas locales y nacionales, lo que lo hizo ampliamente reconocido en los medios de comunicación.
Esta estrategia, aunque efectiva en términos de capturas, también lo convirtió en blanco de ataques. En junio de 2020, su vehículo fue atacado por el Cártel Jalisco Nueva Generación, resultando en lesiones menores a pesar de más de 300 disparos de armas de horrible calibre.
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