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Manuel Pedrero
No hay duda que Marcelo Ebrard ayer provocó un sismo político, dónde el único afectado es él mismo. En un evento rodeado por sus seguidores, Ebrard afirmó que la contienda estaba entre él y Claudia lo cual, para lo triste de su aspiración, es totalmente falso.
El autodenominado “carnal” ha arremetido contra los cimientos de elección de la 4T, ha despotricado contra las encuestas y no tuvo auge; ha despotricado contra su propio partido, tachando de simuladora a su dirigencia, y no tuvo auge; y ahora ha despotricado contra sus propios compañeros, esperando que con eso pueda salvar el hundimiento de su candidatura.
Durante estas semanas he reiterado que es difícil saber quién podría ganar la encuesta, pero sí estoy de seguro de quién la perderá: Las casas encuestadoras, todas están maiceadas y manipuladas para el aspirante que las pague y las corcholatas lo saben.
Este acto no abonará simpatías a Ebrard; al contrario, ha acelerado su tendencia de debacle, sus acciones no corresponden a las de un hombre inteligente ni al hombre que ha recorrido las entrañas del Estado por casi los últimos 30 años.
Entonces, ¿Por qué el actuar errático de Ebrard? Porque se encuentra desplomado en el 3er. lugar de las encuestas, de las reales, de las de los cuartos de guerra de Sheinbaum y Adán Augusto. Marcelo ha perdido el camino y en un acto de desesperación suprema, trata de cerrar la contienda entre dos aspirantes, faltándole el respeto a los otros 4, al partido, pero sobre todo al pueblo, quien es el que decidirá si Ebrard se queda en 3er. o 4to. lugar, tiempo al tiempo.
Por cierto…
Tan mal va el barco del Carnal que se están alistando ciertos elementos del excanciller para sumarse al equipo de Adán Augusto López, si preguntan por la geografía busquen en Veracruz y esperen la próxima semana.
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