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Manuel Pedrero
No hay mayor acto de cinismo que quejarse del sistema de donde uno es beneficiado; Xóchitl Gálvez lo hizo sin temor alguno al asegurar que sus correligionarios están haciendo trampa a la hora de recabar firmas para ser el candidato presidencial del PRIAN en 2024, afirma que no los ve recorriendo el país y ya cumplieron con la meta. ¿Cómo le hacen? Pregunta a los medios que la han arropado, que la han impulsado y que la seguirán cuidando en un buen rato.
Xóchitl ha sido beneficiada de una brutal maquinaria propagandística desde la radio y la televisión, pasando por plumas a sueldo para hablar de historias fantasiosas e irreales, y terminando con videos de Inteligencia Artificial con la imagen de Gálvez; se entiende que necesiten de la inteligencia artificial porque la orgánica murió hace mucho tiempo.
Gálvez no es fenómeno social ni irrupción política, si está compitiendo por la contienda nacional es porque así lo quiso el presidente López Obrador; desde luego, en un cálculo político fino, me da la impresión que el tabasqueño desea que el representante de Morena para el gobierno de la CDMX sea hombre, pues Xóchitl, quien es mujer, buscaba el abanderamiento opositor capitalino.
Es el presidente quien literalmente la saca de la ciudad para llevarla al plano nacional; adicionalmente destapa a Santiago Taboada, quien es hombre, y de manera paralela se bajan de la carrera las secretarias Rosa Icela Rodríguez y Ariadna Montiel. Si el asunto queda entre varones, pueden ir descartando al secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, pues quienes frecuentan su oficina saben que no está en sus planes la jefatura de gobierno, por lo menos no ahora, lo cual nos deja a dos perfiles que están dentro del ánimo de Palacio Nacional para jugar sin perder con garantía la capital: Mario Delgado y Ricardo Monreal. Si me lo preguntan, veo con más posibilidades al primero; lo demás es pura paja, tiempo al tiempo.
Por cierto…
Morena está jugando con una bomba de tiempo, pues la Comisión de Encuestas ha tardado demasiado en informar sobre cómo procederá el levantamiento de las mismas; de entrada tendrán que lidiar con la decepción de millones de mexicanos que quieren participar en el proceso, pero desconocen que ellos no irán a la encuesta, sino la encuesta a ellos, y que será en ciertos distritos y municipios clave para el presidente López Obrador, a ver cómo le hacen.
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