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CIUDAD DE MÉXICO. – Comprometidos en lo posible a no tocar el aspecto político –¡en franca carrera electoral para 2024!–, y abocarse al ámbito personal y familiar de los cuatro personajes centrales de esta interesante serie, nos conformaremos con presentar otros datos (curiosos y/o casi desconocidos) sobre la vida personal y política, así como algunas de las polémicas que generó Claudia Sheinbaum Pardo como jefa de Gobierno de la Ciudad de México, cargo que dejó tras de solicitar licencia para buscar la candidatura de su partido para convertirse en la primera presidenta de México.
Sin la intención de molestar o incomodar, desde el principio de esta serie se dijo que nació en la Ciudad de México el 24 de junio de 1962, por lo que no hace muchas semanas cumplió sesenta y un años de edad. Indiscreción que algunas mujeres consideran de mal gusto. Esperando que este no sea el caso, subrayamos: el año pasado, todavía con algunos síntomas del Covid-19, la doctora Sheinbaum festejó su cumpleaños número sesenta.
Al revisar parte de las charlas sostenidas con algunas personas que la han tratado, y las entrevistas periodísticas concedidas encontramos algunos datos interesantes de su vida personal, de sus primeros estudios, sus aficiones y hasta su forma de ser. Lo que comprueba –una vez más– que el ser humano no solo hace historia, sino que, también, la escribe. Para empezar, se debe decir que fue una excelente estudiante pues, en la primaria y secundaria, obtenía “buenas calificaciones”, sobre todo en matemáticas. Etapa en la que también estudió ballet, y aprendió a tocar la guitarra.
Es aficionada al fútbol americano y, como universitaria, sus favoritos son los Pumas de la UNAM. En asuntos de lectura, sus escritores predilectos son Gabriel García Márquez, Isabel Allende, Laura Restrepo y Rosa Montero. En su época de universitaria, lo ha aceptado ella misma, fumaba mariguana, por lo cual es partidaria de regular y no prohibir esta yerba. En el tobillo izquierdo, tiene tatuada una flor; en la espalda, pequeñas mariposas.
Como la gran mayoría de las mujeres mexicanas, ahora de adulta cada que la ocasión se lo permite, aflora su sentimiento o instinto maternal: saluda y platica con los niños que se le acercan. Con ellos, su actuar es como el de una madre hacia su hijo.
Acorde con la política de austeridad impuesta por el presidente López Obrador, desde que asumió como jefa de Gobierno de la Ciudad de México, renta un departamento en una unidad habitacional de la alcaldía Tlalpan. Su pareja sentimental actual es Jesús María Tarriba Unger, doctor en Ciencia Física y analista de riesgos financieros en el Banco de México.
Influenciada por sus padres en el activismo social y político y autodefinida de izquierda, se podría decir que Sheinbaum está en plena madurez política y, según varios autores, tiene posibilidades “reales” de suceder al presidente López Obrador.
–México está listo para una presidenta, para una astronauta, para una ingeniera; las mujeres mexicanas estamos listas desde hace mucho tiempo –ha reiterado ella en entrevistas y subido en la red.
Tiene dos hijos: Mariana Imaz Sheinbaum y Rodrigo Imaz Alarcón, hijo de Carlos Imaz con quien estuvo casada durante casi tres décadas. Es pequeña empresaria: posee el 8% de acciones de las empresas de productos químicos “Eli Cami y Compañía y Sintacrom”, de las que su padre también era accionista, se lee en su declaración patrimonial.
A la edad de 20 años, sin afiliarse debidamente, se adhirió al naciente PRD, pero nunca participó en la estructura del partido; a los 38 años, en el año 2000, se incorporó al gabinete del entonces jefe de Gobierno de la Ciudad de México, López Obrador, como titular de la Secretaría del Medio Ambiente; en noviembre de 2006, estuvo presente cuando Rosario Ibarra le colocó a López Obrador la banda tricolor en el pecho como “presidente legítimo”, y perteneció al gabinete del autonombrado “gobierno legítimo”, como secretaria de Patrimonio Nacional.
Durante la pandemia de Covid-19, fue una de las primeras mandatarias locales del país en promover el uso del cubrebocas, incluso lo usaba frente al presidente López Obrador cuando este se rehusaba a portarlo. La política de vacunación anti-covid que implementó en la CDMX fue aceptada y reconocida por distintos sectores de la sociedad, inclusive la siguieron otras entidades del país.
Sabido es que el hombre –y la mujer, por supuesto– busca hacerse notar en el plano en el que se desenvuelve, y lo consigue dejando memoria de las hazañas que realiza. A Sheinbaum Pardo correspondieron los memes que surgieron sobre el mapa político de la capital, después de que en las elecciones de junio de 2021 Morena perdió la mitad de su territorio frente a la alianza PAN, PRI y PRD. Hecho inquietante que no le permitió dormir por varias semanas y la mantuvo más que irritada.
Bien representada
La historiografía (manera objetiva de interpretar la historia) reciente de Sheinbaum Pardo, podría decirse, empezó el día 1 de julio de 2021 cuando un grupo de morenistas reunidos en el Auditorio Nacional, con motivo del tercer aniversario del triunfo electoral de Andrés Manuel, la vitorearon por primera vez como ¡presidenta, presidenta! Once días después, los mismos gritos escuchó durante la inauguración de la Línea 1 del Cablebús, en la alcaldía Gustavo A. Madero.
Esa misma forma de interpretar la historia, a diversos autores les dejó la más interesante interpretación del evento al que acudió el presidente López Obrador acompañado de Sheinbaum Pardo, para inaugurar una sucursal del Banco Bienestar en Tláhuac, el 29 de septiembre de 2021.
–Es ella –dijo el tabasqueño mientras levantaba la mano a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, al culminar el acto público y la señaló con su mano derecha.
El gesto presidencial, algunos suspicaces observadores políticos lo interpretaron como el “destape”, o un “adelanto” del respaldo de López Obrador a Sheinbaum para competir por la presidencia en 2024. Y más cuando ambos, al continuar su gira por la ciudad, afirmó sentirse “bien representado” por la jefa de Gobierno (Fin).
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