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Antonio Attolini Murra
Esta semana la iniciamos con dos buenas noticias. La primera es que el proceso interno de Morena para la selección de la nueva Coordinadora Nacional de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación va muy bien. Cada día qué pasa es un día menos para que la gente cambie de opinión. Si sigue el pueblo de México pensando como piensa desde marzo de este año, Claudia Sheinbaum va a ganar de manera contundente esta elección interna de Morena.
Quiero detenerme ahí un momento. La forma tradicional y más socorrida de entender la psicología detrás del fenómeno de las encuestas es aquella que establece la probabilidad bayesiana. Dicho planteamiento lo que estipula es que es muy difícil que una persona, o un grupo de personas, cambien de opinión, por lo que es muy raro que las preferencias cambien de manera abrupta. Toma tiempo y es de manera paulatina y gradual. Tienen que pasar cosas extraordinarias (caso de la elección de Nuevo León en 2021) para que la tendencia de una encuesta se revierta categóricamente. Por eso es que decimos que cada día qué pasa es un día menos, un día menos para lograr lo que parece inevitable: ¡el triunfo de una dirigente política de primer orden para tutelar los destinos de la Nación!
La segunda buena noticia es que ya salió el libro de Arturo Cano (voy a terminarlo esta misma noche) titulado: “Claudia Sheinbaum, ¡Presidenta!” Dicho libro hace un repaso de la vida de la doctora Sheinbaum desde sus orígenes como dirigente estudiantil hasta el último día de su gobierno como Jefa en la Ciudad de México. Se entrelazan anécdotas personales entre el ayer y el hoy y se traza un hilo conductor entre lo que hoy representa Claudia Sheinbaum y las luchas que la definieron para ser la mujer que es hoy. Dijera mi amigo y compañero de casa editorial, Sebastián Ramírez: “para conocer qué va a hacer una obradorista, basta con revisar que es lo que ya hizo.” Eso mismo aplica con Andrés Manuel como con Claudia Sheinbaum, quien a mi juicio será la encargada de construir el segundo piso a la Cuarta Transformación, tal y como lo hizo en el DF con AMLO como Jefe de Gobierno.
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