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Salvador Guerrero Chiprés
Quien llegue, lo hará habiéndose deshecho de vanidades. Atrás, ejercicio diario e implacable de asertividad, sensibilidad y honradez. Son las virtudes para gobernar un segundo momento en el cambio de régimen iniciado en el 2018 con el Presidente Andrés Manuel López Obrador al frente.
La saga de Rocky comunica emocional y contundentemente una idea de superación basada en la preparación y la consiguiente confianza en un equipo sólido y capaz para diseñar estrategias desde las desventajas del entorno.
Este sábado, en la plancha del Zócalo de la CDMX, se realizará la clase masiva de box para la cual se esperan 15 mil participantes y romper el récord Guiness impuesto el año pasado también en la CDMX.
Desde las gradas de las redes sociales, Sylvester Stallone, protagonista de Rocky, lanza un mensaje de apoyo para la Jefa de Gobierno: “Quiero desearle a Claudia la mejor de las suertes en esta masiva clase de box”.
Ella ya no estará ahí como mandataria local. Será su primer día de la carrera hacia una meta que enuncia como “llegar a ser la primera mujer en la historia de México en encabezar los destinos de la nación”, en un contexto de estudios demoscópicos donde aventaja mayoritariamente.
Como las buenas boxeadoras, Claudia Sheinbaum Pardo avanza con cautela. Sí o no, responde a los reporteros sobre los cuestionamientos de quién ocupará su lugar en la jefatura de la Ciudad de México: todo a su tiempo.
Este miércoles presenta en la Unipol avances centrales en seguridad, como ayer lo hizo en la Mañanera Rosa Icela Rodríguez, la primera mujer Secretaria de Seguridad y Protección y Ciudadana, cargo en el que se mantendrá junto al Presidente en una decisión digna de amplio reconocimiento y reveladora del compromiso y congruencia que siempre la han caracterizado.
Como dice Rocky: “Keep punching”.
