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Antonio Attolini Murra
En un mensaje repleto de optimismo y orgullo, la Secretaria de Trabajo y Previsión Social, Luisa María Alcalde Luján, anunció una noticia que enorgullece al gobierno de la transformación: ¡Un aumento sin precedentes del 17% en el pago de utilidades para los trabajadores! Nos llena de orgullo, pues, en el obradorismo, luchamos por la dignidad de quienes tradicionalmente habían sido relegados… la clase trabajadora.
Con un compromiso inquebrantable hacia la base de cualquier movimiento popular, el gobierno de la Cuarta Transformación ha conseguido que los patrones en nuestro país repartan la asombrosa cifra de 214 mil 218 millones de pesos en beneficio de los trabajadores. Los resultados son sin precedentes. Gracias a este aumento histórico, los trabajadores de México se acercan un poco más al bienestar necesario que toda sociedad debe alcanzar en el camino hacia la igualdad. Nuestro país ha dado un gran salto adelante, dejando atrás el viejo régimen donde los derechos laborales eran pisoteados por una minoría rapaz que privilegiaba sus intereses de clase por encima de cualquier noción que siquiera rozara el bienestar colectivo.
Pero en política no hay casualidades. En cualquier política pública la suerte no juega un papel relevante, y menos en materia de justicia laboral. Existen poderes fácticos con intereses diversos a los cuales se les ha tenido que explicar, convencer e imponer, con toda la fuerza del derecho, lo que la ley establece. Mientras la oposición sigue echada en la hamaca, la transformación trabaja sin descanso para otorgarle patria y dignidad al olvidado. Porque más de 30 años de neoliberalismo sólo pueden ser combatidos con el doble de políticas redistributivas, que otorguen sentido a los indicadores positivos que reflejan la salud económica del país y pongan al humanismo mexicano en el centro de su ejercicio.
Gracias a lo anterior, es un orgullo el aumento en el número de empresas que cumplieron con su responsabilidad, pasando de 153 mil en el 2022 a 170 mil en este año. Es un triunfo para quienes creemos que no hay nada más bello que hacer el bien sin mirar a quién, especialmente, a la clase obrera.