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Echados en la hamaca | Manolo y el hobby de ser un gran simulador

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Antonio Attolini Murra

El PRI es una máquina de mentiras que, amparados de la amenaza y el control presupuestal de la partida de comunicación social, repite una y otra vez lo siguiente esperando que se convierta en verdad por la fuerza de la inercia: Coahuila es un estado “seguro”, cuyo modelo actual es el mejor y debe continuar.

No es cierto. Y no lo es porque poco o nada dice la tasa de homicidios por cada 100,000 habitantes sobre la compenetración de las redes de delincuencia organizada en las estructuras de poder. Que si bien ha bajado en los últimos años, el paradigma de seguridad puede (y debe) ir más allá de sólo evitar que entre ciudadanos nos matemos con impunidad. La paz es fruto de la justicia y esa sólo puede existir cuando hay
bienestar y desarrollo compartido.

No hay seguridad si las personas no tienen la certeza de que la escuela media superior no les va a cobrar un solo peso a la hora de inscribirse en un semestre nuevo. No hay seguridad si el transporte público (donde hay y funciona) no es eficiente y de calidad. No hay seguridad en donde no hay un hospital listo y equipado para recibir a cualquier persona sin importar su condición socioeconómica y proveer de salud y cuidados.

No hay seguridad si el dinero compra voluntades de quienes dicen ofrecer un servicio público como el del periodismo y la comunicación. Básicamente, no hay seguridad en donde el dinero desbloquee derechos y
no sea el pleno goce de los mismos una garantía efectiva para todo ciudadano y ciudadana por el hecho de ser coahuilense. Que Manolito ‘Peña Nieto’ diga que quiere ciudadanizar (lo que chingados sea que eso signifique) el modelo de seguridad y ‘mantener lo que se ha hecho bien’ habla de lo poco profundo y serio que es su compromiso político. Manolo no quiere ser gobernador, sino gerente. Él no viene a resolver, sino a administrar. No quiere transformar nada; al contrario, sólo quiere simular.

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