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Ana María Vázquez
“No te pago para golpearme” era la frase que durante sexenios recibían los medios mexicanos cuando osaban “treparse a las barbas” del gobierno en turno que, durante sexenios derrochó cantidades millonarias
para tener controlada a la prensa. Tan solo el gobierno de Peña Nieto reportó 2000 millones de dólares en “gastos de publicidad”, esto, sin contar con los sobres amarillos, cheques por complemento, asignaciones
especiales y otros. Comparativamente, el gasto por la transacción de Iberdrola de la que tanto se queja la oposición porel dispendio en “chatarra”, será de 6000 millones también en dólares según el centro de análisis FUNDAR.
Este gobierno no solamente les ha quitado dinero, sino también audiencias y los ha expuesto a través del ejercicio de comunicación presidencial llamado “Mañaneras”. De nuevo los ataques por la derecha encabezados por la señora Dresser (principal beneficiaria económica de gobiernos anteriores), sigue, como desde principios de sexenio intentando acallar la voz matutina del presidente; tanto empresas, políticos como “comunicadores” e “intelectuales” han sido expuestos en sus prácticas de extorsión, fraude y corrupción.
Ahora, sin embargo, también aluden a que “nadie ve las mañaneras”. ¿de verdad?, sería interesante ver ¡por qué entonces, Carlos Alazraki (creador de las más sucias mentiras y golpeteos contra el gobierno), cobra derechos de autor por la retransmisión de la misma? (cuyo carácter presidencial es libre de derechos); ¿por qué periódicos como el Reforma, Milenio y otros, ofrecen en sus portales la transmisión incluyendo su propia publicidad y cobrando por ello? Tan solo estos datos contradicen sus propios alegatos.
La voz ya no es la de los medios hegemónicos, sino la de primera mano que ofrece día con día el presidente sin distingo de clase o ser medios privilegiados. Puedo decir de primera mano que cualquier medio, previa acreditación puede tener acceso a la misma y hablar libremente SIN LíNEA y con total respeto. Más que quitar las mañaneras, quien quede como sucesor o sucesora debería continuar este valiosísimo ejercicio de comunicación. Entiéndanlo, las mañaneras no se tocan.
