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Flor Rubio
La muerte de Andrés García tiene aristas contrastantes. Por un lado, el respeto a una leyenda, un actor con más de 100 un actor con más de 100 películas en su haber, telenovelas, teatro… Un hombre transgresor, fuerte, polémico, directo y atrevido. Respetado y asediado por los medios, que estuvieron puntuales a despedirlo con la dignidad que merecía.
Por el otro lado, la controversia. Su muerte se adelantó a la reconciliación con sus hijos biológicos. Andrés se fue en medio de malos entendidos entre sus hijos y su esposa Margarita, por culpa de la herencia y el legado económico que construyó a lo largo de su vida. Nunca pudieron reconciliarse.
Al final, reunidos en Acapulco, después
de meses de disputa, Leonardo García y Margarita despidieron al padre y al esposo haciendo una tregua. No era el momento, ni el lugar para hablar de dinero. Era solo el espacio para despedir a la leyenda. Los problemas vendrán con los días, cuando se abra la sucesión testamentaria.
Andrés descansará en el mar
La última voluntad de Andrés García es que se esparzan sus cenizas en el mar. Ese océano que tanto le apasionaba en la zona de Pie de la Cuesta en Acapulco. Donde vivió los últimos años de su vida. Margarita, su esposa, cumplirá al pie de la letra su voluntad, pero me confesó que esperará algún tiempo antes de hacerlo, porque quiere seguir sintiendo a Andrés cerca.
Será cuestión de días, tal vez semanas o meses, cuando finalmente Margarita decida cumplir el último deseo de su esposo. Y se entiende que así sea. El duelo lleva tiempo.
Aquí termino, la próxima semana más nombres.