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Abraham Mendieta
El pasado domingo se produjo el registro de la maestra Delfina Gómez como candidata a la gobernatura del Estado de México por parte de la coalición Juntos Hacemos Historia, que agrupa a los partidos aliados
de la Cuarta Transformación, aquellos que acompañan y defienden la agenda del presidente Andrés Manuel López Obrador.
A diferencia de otros procesos electorales estatales, esta vez Morena va en bloque con todos sus grupos y liderazgo unidos bajo un mismo objetivo, acabar con 90 años de dominio priista que ha dejado a los mexiquenses atrás en distintos rubros: seguridad, movilidad o desarrollo económico.
Según muestran todas las encuestas, esta vez el proceso político de alternancia en el Edomex parece irreversible, y la candidata de Morena encabeza las preferencias con, al menos, 15 puntos de ventaja a su favor,
que le permitirán acabar con la tradición de herencia familiar y nepotismo que ha gobernado esta entidad por las últimas décadas.
Las élites políticas mexiquenses no son poca cosa: de ahí han salido gobernadores, coordinadores legislativos, y hasta presidentes de la República, que han controlado y amasado al amparo del poder fortunas multimillonarias. Y a diferencia de 2017, los principales operadores y financieros del priismo, no solo no creen que puedan mantener el bastión, sino que están convencidos de que el poder político va a cambiar de manos, y por ello, son los primeros en abandonar el barco.
Entre los espacios del poder económico y político mexiquense, queda claro que más vale no interferir con la voluntad mayoritaria del electorado, antes que enfrentarse a un futuro gobierno, que contará con un
amplísimo bono democrático para efectuar las más urgentes transformaciones que la entidad más poblada del país requiere. Pero a nadie escapa una obviedad de la que poco se ha hablado: si la oposición pierde el control electoral del EdoMex, como todo parece indicar, también perderán la posibilidad de operar electoralmente, con el ya famoso acarreo y compra de voto, ese megapadrón para elección presidencial de 2024.
