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Abraham Mendieta
Este próximo 18 de marzo, el Presidente López Obrador nos convoca a salir nuevamente a las calles de la Ciudad de México para defender y profundizar los avances en materia de soberanía energética, coincidiendo con el aniversario de la expropiación petrolera impulsada por el General Lázaro Cárdenas, un hecho histórico que más allá de lo simbólico, posibilitó los recursos necesarios para construir el México contemporáneo, con las universidades, hospitales y carreteras que el ingreso producido por el combustible nacional generó.
Nunca en la historia reciente de México, un Presidente había defendido tanto la soberanía energética como López Obrador: que en resumen, es algo tan sencillo como garantizar que México produzca sus propios combustibles y energía eléctrica para garantizar que el suministro de todas y todos los mexicanos no dependa ni de los caprichos del mercado, ni de las decisiones de política estratégica de otros países. Hace apenas dos años, cuando Texas sufrió una de los peores frentes fríos de su historia, todo el norte de nuestro país sufrió un gran apagón: este fue porque el país vecino decidió limitar la cantidad de gas que nos vendía, porque evidentemente, ellos la necesitaban.
Afortunadamente, la alta capacidad de la CFE solucionó el suceso en dos días, mientras nuestros vecinos de Estados Unidos estuvieron casi 15 días incomunicados. De haber dependido solamente de los flujos del mercado, y no de una empresa pública, las consecuencias en México hubieran sido similares.
PEMEX, CFE, o cualquier gran empresa pública, tiene como objetivo principal garantizar un servicio básico para que el país funcione, y a diferencia de una empresa privada, se privilegia el ofrecer este servicio, antes que la ganancia económica, que por cierto también deberían haber tenido de haber sido gestionadas correctamente por décadas, y no haberlas dejado endeudadas por el saqueo de los viejos gobiernos.
Hoy México recupera, controla y cuida sus recursos naturales, esos que permiten a una nación ser próspera e independiente. Nos vemos en el Zócalo.
