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Antonio Attolini Murra
El anuncio de los congresistas Dan Crenshaw y Michael Waltz de enviar tropas a México para perseguir y capturar a miembros de los cárteles de la droga mexicanos, no es una medida que deba preocupar a la política exterior mexicana por las pocas o nulas implicaciones para la relación bilateral entre ambos países. Su lectura debe enmarcarse en la permanente dinámica de campaña electoral en la que se encuentra la política en Estados Unidos y el fetiche malsano que el partido Republicano tiene con criminalizar a la inmigración.
No se puede tomar en serio esta acción, dado que la misma violaría el principio de soberanía nacional de México y la integridad territorial, lo que se sabe podría desencadenar una respuesta negativa por parte del Gobierno mexicano. Lo relevante es que dicha respuesta ya no se entiende únicamente en el plano de lo legal y lo formal, sino en lo político y social. Me refiero a que el presidente López Obrador ha logrado amasar un importante nivel de influencia entre el electorado mexicoamericano.
Es importante destacar que México y Estados Unidos han trabajado en estrecha colaboración para combatir el narcotráfico en la región, con la renovación de acuerdos como el Entendimiento Bicentenario.
La respuesta de la misma Casa Blanca refiere que la propuesta de los congresistas refleja una tendencia preocupante y abiertamente confrontada por la administración Biden de hacer política criminalizando a México y los mexicanos. Ya se habla cada vez más y más sobre la necesidad de abordar causas subyacentes del problema del narcotráfico. La demanda de drogas (fentanilo y opioides) en Estados Unidos es una de las principales razones por las que los cárteles existen y prosperan. En lugar de enviar tropas a México, Estados Unidos debería abordar el problema de drogas en su propio territorio.
En conclusión, la propuesta de enviar tropas a México para perseguir y capturar a miembros de los cárteles de la droga no solo violaría la soberanía y la integridad territorial de México, sino que también podría socavar la cooperación bilateral en la lucha contra el narcotráfico. Es fundamental que Estados Unidos trabaje en colaboración con México para abordar las causas subyacentes del problema del narcotráfico y evitar medidas unilaterales que podrían agravar la situación en la región.